El Asno Roñoso de la Cola Cortada / Mangy Ass with the lopped-off tail
¿Se puede afirmar que el cuarteto «ven, ven quienquiera que seas» es entendido correctamente por la gente contemporánea?
Este
cuarteto no pertenece a Rumi, y esto es sabido ya por todos. El
bibliotecario destinado en el dergah (el santuario donde rezan, estudian
y viven los derviches), el difunto Necati Bey, había observado este
cuarteto escrito en una antigua muestra de caligrafía impresa en una
hoja. Sin averiguar su origen, propagó el rumor por todas partes en
relación a que era un cuarteto obra de Rumi, mientras que en realidad es
obra de otra persona, que aparece en una antología denominada Harabat,
compilada por Ziya Pa?a. Lo observe en otro cuarteto manuscrito a su
vez; sin embargo, ya que Rumi posee numerosos cuartetos como éste, e
incluso más apasionados, puede ser que asimismo hubiese sido aceptado
como cuarteto obra de Rumi. De hecho esto no es muy importante. El
inconveniente principal tiene relación con aquellos que ignoran el
espíritu implícito en este cuarteto y lo abordan superficialmente, así
como aquellos que contribuyeron a este malentendido:
«Ven, ven, quienquiera que seas.
Vagabundo, idolatra, adorador del fuego,
en aunque hayas roto tus votos mil veces,
Ven, y ven una vez más.
La nuestra no es una caravana de desesperanza».
Esto concretamente indica el versículo coránico, «Di:
“¡Oh siervos que habéis transgredido contra vosotros mismos! ¡No
desesperéis de la Misericordia de Dios! Ciertamente, Dios perdona todos
los pecados. En verdad, sólo Él es Aquel que perdona los pecados de sus
siervos, el Compasivo”». (Sura az-Zumar, 39:53), así como
todos los versículos coránicos a los cuales Dios se dirija con «Oh
gentes». La cuestión es que no importa cuán pecaminosa es una persona,
si sinceramente se arrepiente y pide perdón a Dios, será purificada de
sus pecados. Y así señala Rumi: «Oh ser humano, tu corazón se
encuentra abarrotado de ídolos. Aunque se halle repleto de ídolos
mundanos y cada una de tus partes esté estigmatizada con inmundicias
terrestres y corpóreas, no sucumbas a la desesperación. Preséntate en
nuestro dergah, toma el hacha del amor y la fe, y rompe los ídolos de tu
interior. Si bebes alcohol, acércate para así disciplinar tu ego en
nuestro dergah, golpea la botella en una piedra, y después bebe el vino
sagrado. Ven, límpiate y purifícate con el agua de la verdad en nuestras
manos, queda purificado de tu inmundicia y pasa a estar limpio.»
Él no señala «Venid,
nuestro dergah se encuentra disponible para todo el mundo. Realizad en
nuestro dergah aquello que en el exterior la gente no acepta, que será
bien recibido» sino que la gente lo malinterpreta de dicha manera,
de modo que constantemente la lectura de este cuarteto ha tenido algunos
efectos negativos en ciertos individuos. Mediante esta interpretación
incorrecta, reconocen a Rumi de modo erróneo percibiéndolo como un
materialista que cree en la eternidad del Mundo y rechaza el Más Allá,
así como alguien que cree que el alma muere junto con el cuerpo.
Sucesivamente,
lo consideran discípulo de otra secta o de otro camino, como si Rumi
tolerase y aceptase todo aquello que Dios no acepta y que el Profeta no
encuentra adecuado. ¿Es posible una cosa así? Rumi escribió: «Soy
esclavo del Corán mientras me halle con vida. No soy más que polvo en la
senda de Muhammad, el Elegido». En uno de sus hadices (dichos y
tradiciones), el profeta Muhammad indica que si la gente se arrepiente y
pide perdón a Dios, pero a pesar de ello cometen el mismo pecado de
nuevo, éstos pasan a ser más pecadores. Si faltas a tus juramentos
cientos de veces y esto es considerado insignificante, entonces ¿es esto
adecuado en la creencia islámica? Aquellos que ignoran el espíritu y la
esencia de este versículo, y que lo interpretan solamente como un valor
nominal, definitivamente reconocerán de manera incorrecta a Rumi. ¿Y no
señaló Rumi si no otra cosa? ¿Por qué nadie se digna en leer el
cuarteto en el cual él señala «Soy esclavo del Corán mientras me halle con vida. No soy más que polvo en la senda de Muhammad, el Elegido»?
¿Acaso estas palabras no describen a Rumi? Para entender el anterior
cuarteto, hemos de pensar profundamente. Pero ya que nadie quiere obrar
así, parece apropiado para el camino de cada uno.
Autor: Sheij Mevlevi Cefik Can
Fuente: usrah.org
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Corán,
Poesía sufí,
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