El Asno Roñoso de la Cola Cortada / Mangy Ass with the lopped-off tail

El dátil: la fruta del Paraíso (en el Islam)

INTRODUCCIÓN

La palmera era conocida en Ilici, la Elche[1] de la Antigüedad, cuyas ruinas constituyen el yacimiento de la Alcudia, famoso por el hallazgo, hace ahora un siglo, del fascinante busto de la dama ibérica. Siglos antes de Cristo, los íberos empleaban hojas de palma en complejos rituales, como demuestran las valiosas representaciones cerámicas exhumadas en el yacimiento. Esta cerámica demuestra que dichas hojas se utilizaban en su forma natural y también modificada con fines ceremoniales. Plinio el Viejo y Columela citan la presencia de la palmera datilera en el sureste de Hispania, así como el aprovechamiento de su fruto, los dátiles. Semillas de dátil fosilizadas datadas circa 2.800 a. C. fueron encontradas en la Cueva de los Tiestos (Jumilla, Murcia), a menos de 56 km de Elche.[2]

Se cree que la palmera datilera ya existía en estado silvestre hace más de 5000 años en las regiones pertenecientes al actual Irak.

Siendo probablemente nativa del norte de África o Arabia, la pusieron bajo cultivo por primera vez en Mesopotamia (Irak actual), hace alrededor de unos 3000 a.C. Ha tenido gran importancia para distintos pueblos: para caldeos y árabes era el árbol de la vida, en el Antiguo Egipto significaba la fertilidad, para los hebreos y griegos el triunfo y para los fenicios era sagrada (Dios Palmera).[3]

Las agrupaciones naturales de palmeras deben de haberse desarrollado cerca de los manantiales, como en el norte de África y que pueden verse representadas en las pinturas de las grutas de la Edad de Piedra en el Sahel.[4]

El uso de la palmera datilera en apoyo de la agricultura de regadío, formando oasis artificiales, era conocido en el Norte de África en época romana. Pero ignoramos, sin embargo, si los íberos o sus sucesores, romanos y visigodos, dieron este paso adelante, desde la simple recolección de los agrupamientos naturales de palmeras.[5]

En tiempos anteriores al hombre sobre la tierra, las palmeras vegetaban profusamente por el continente europeo, poseedor por aquel entonces de un clima semejante al que existe en la actualidad en el Norte de África. Y, refiriéndonos a la palmera datilera, su existencia en tiempo de los romanos quedó consignada por Plinio el Viejo[6] quien recoge que había palmeras en Italia, pero eran estériles, mientras que en la parte marítima de España daban fruto; por lo que lo más probable es que su introducción se debiese a algún pueblo venido del oriente como los fenicios.[7]

Los musulmanes andalusíes introdujeron en la península ibérica el dátil desde Mesopotamia (Irak), de donde era originario. La palmera es el árbol emblemático de los oasis; por eso se dice que ha de tener los pies en el agua y la cabeza en el fuego para dar una abundante cosecha.[8]

En la Península Ibérica, el gran oasis de Elx, el Palmeral de Elche, es de origen musulmán. Dos grandes urbes del Islam occidental deben su prosperidad al establecimiento de grandes oasis artificiales: Marraquech, fundada en 1062 por el caudillo almorávide Yusuf Ibn Tashfin, y Elche, fundada hacia finales del siglo X por el califato de Córdoba. Ciudades hermanas que compartieron siglos de historia bajo soberanía almorávide y almohade. El gran oasis de Elche, el Palmeral, Patrimonio de la Humanidad, fue establecido por los fundadores musulmanes de la actual urbe, quienes trasladaron su emplazamiento hasta su ubicación actual, fortificándola y rodeándola de palmeras para asemejarla a La Meca.

Un geógrafo musulmán del medioevo que visitó Elche, Ibn Said, hizo significativamente constar en sus escritos que, según opinión común, la ciudad de Elche recordaba a "la ciudad del profeta", es decir, Madinat an-Nabi, actual ciudad de Medina en Arabia Saudí, fundada por Mahoma a la orilla de un oasis de palmeras cuando fue expulsado de la Meca (la Héjira, punto de arranque de la era musulmana).

El Palmeral, que según otro autor coetáneo, Ibn al-Yasa, producía los mejores dátiles de Al-Andalus, es un testimonio vivo y singular de la revolucionaria cultura hidráulica desarrollada por el Islam en la Península Ibérica.

El Palmeral impresionó a los viajeros ilustrados del siglo XVIII, y a los artistas, geógrafos e ingenieros que lo visitaron en la centuria siguiente, época de máxima expansión de los huertos de palmeras, cuyo cómputo, sumando el Palmeral urbano y el disperso, debía superar ampliamente los 200.000 ejemplares. Actualmente la población de

palmeras ha mermado, pero gracias a su protección oficial cuenta todavía con unos 119.684 ejemplares[9], y sigue siendo el mayor bosque de palmeras de Europa.

Las palmeras datileras (Phoenix dactylifera) son objeto de veneración allí donde se cultivan. Simbolizan la unión entre cielo y tierra y su presencia junto a las casas es signo de hospitalidad. Es el árbol que inspiró las columnas de los templos, el pilar del cielo, según afirma la palabra griega phoenix. En muchas mezquitas, como en Córdoba, las columnas evocan la forma de las palmeras[10]. Y en los paisajes más ásperos, la dulzura de su fruto augura el paraíso.[11] Para la tradición musulmana la palmera datilera es considerada como la “fuente de la vida”.[12]

Si la palmera se encuentra a gusto es sin duda en la cultura musulmana donde está omnipresente en todas sus manifestaciones, ya los historiadores musulmanes medievales explicaron la relación entre la semilla del dátil y Salomón, hijo de David.[13]

Hay quienes sostienen que el olivo es el árbol de los judíos, el ciprés el de los cristianos y la palmera el de los musulmanes.[14]

Desde los más remotos tiempos el hombre ha consumido los dátiles. Así se sabe que la alimentación de los egipcios incluía muchas frutas cultivadas y otras silvestres como los higos, los jínjoles, los dátiles o las nueces de la palmera dum y que, además de vino de vid, bebían vino de dátiles, de higos y de granada. Igualmente, el cultivo de dátiles, higos, manzanas, membrillos, almendras o granadas se menciona en los textos asirios y babilónicos, en la Biblia y, más tardíamente, en los textos de los autores clásicos.[15]

Si hay un pueblo que destaca por su consumo de dátiles, éste es sin lugar a dudas el pueblo árabe, cuyos pastores nómadas de la época preislámica, debido a lo inhóspito del medio en el que habitaban, ya se alimentaban básicamente de los productos lácteos de sus camellos y cabras, algo de carne y dátiles.[16] Se dice que un beduino resiste tres días de marcha en el desierto con un dátil: “En el primero come la piel, en el segundo el fruto, en el tercero el hueso”.

El dátil tiene propiedades alimenticias muy especiales, que fueron aprovechadas a través de la historia por los pueblos árabes, que no encontraban en sus áridos desiertos la variada gama de productos agrícolas que se dan en las zonas fértiles del mundo.

El dátil se consume normalmente seco, aunque es más apreciado el dátil blando, al que se conoce como pan del desierto. En los países árabes los dátiles se consumen frecuentemente asociados a la leche.[17]

Por su riqueza calórica, su fácil conservación y transporte, el dátil fue la fruta ideal para las largas jornadas de conquista y el comercio en el mundo oriental. Acompañó a Moisés cuando deambuló por el desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, a las caravanas en la larga y dura Ruta de la Seda y a los jinetes moros que conquistaron España. En los tiempos modernos también estuvo dentro de los tanques y los morrales de los soldados iraquíes en la guerra del desierto.[18]

El dátil está íntimamente ligado a la historia, la cultura y la dieta alimenticia de los pueblos islámicos, que lo consumen masivamente durante todo el año, especialmente durante el mes del Ramadán. Probablemente son los dátiles lo único que asemeja a todas y cada una de las mesas de los que hacen el ayuno de Ramadán. Es un alimento simbólico del Ramadán, pues la tradición reza que el profeta Muhammad rompía el ayuno tomando un dátil, costumbre atribuible a uno de los atributos más ajustados al profeta del Islam, la austeridad.[19]

Es impensable la celebración de una boda marroquí sin el ‘ritual de los dátiles y la leche’: el novio da de comer dátiles y de beber leche a la novia, y ella, a su vez, le da de comer y de beber a él. Los dátiles ocupan un puesto de lujo en el calendario de las festividades populares marroquíes de origen beréber.

Durante los festejos del matrimonio tradicional marroquí, la suegra entrega a la novia una bandeja con leche y dátiles, en señal de bienvenida, y un manojo de llaves y un pan, queriéndole ofrecer su nuevo hogar. La leche pretende teñir de blanco la vida de la esposa, los dátiles simbolizan la fortuna.

Otro dato curioso es que la miel de la Biblia (y de la Torá) no era de abejas sino de dátiles. Esta miel de origen vegetal se utilizaba desde muy antiguo para endulzar y dar sabor a las comidas.[20]


CORÁN

En el Corán aparecen cinco alusiones directas a los dátiles, dos de ellas usadas como metáfora de la ‘pequeñez’ (estría, fibra o piel de un hueso de dátil - Corán 4:53, 35:13). En las otras tres aleyas se refiere al fruto de la palmera como tal; dos de ellas son muy parecidas, refiriendo su valor alimenticio como fruta madura, junto a otras frutas como la uva, la aceituna y la granada:

Y Él es quien ha hecho que caiga agua del cielo y hemos hecho surgir así todas las cosas vivas; y mediante ella hemos hecho brotar la vegetación, de la que hacemos salir espigas granadas; y de la espata de la palmera, dátiles arracimados; y huertos de vides, y el olivo, y el granado, ¡tan parecidos y tan distintos! ¡Observad su fruto cuando fructifica y madura! ¡En verdad, en todo esto hay signos para la gente que cree! (Corán 6:99)

Y hacemos caer del cielo agua bendita, y que por medio de ella crezcan jardines y el grano que cosechan, (10) y altas palmeras con sus apretados racimos de dátiles, (11) como sustento para los hombres; y con ella devolvemos la vida a una tierra muerta: así será la Resurrección. (Corán 50:10)

El gran valor de los dátiles lo vemos expresado en este hermoso pasaje coránico, donde Allah le aconseja a María, en el momento del nacimiento del Profeta Jesús, que coma dátiles de la palmera. Presumiblemente era una medida para hacer el parto fácil y cómodo.[21] Por otras narraciones deducimos que también durante el embarazo se ha recomendado comerlos.[22]

(23)Y le sobrevino el parto junto al tronco de una palmera, exclamó: "¡Ojalá hubiera muerto antes de esto, y desaparecido por completo en el olvido!" (24) Entonces [una voz] la llamó desde el pie [de la palmera]: "¡No te aflijas! Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyo; (25) sacude hacia ti el tronco de la palmera, y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos. (26) ¡Come, pues, y bebe, y que se alegren tus ojos! (Corán 19:25)

En otras aleyas también hay referencias al fruto de la palmera, aunque sin nombrarlo como tal. La palmera, junto a la vid y al olivo, es uno de los árboles frutales más aludidos en el Corán (al menos en 20 suras), en algunos casos de forma metafórica y en la mayoría refiriéndose al árbol productor de dátiles, como una evidencia de la generosidad de Allah. Veamos aquí unas muestras:

Él es quien ha creado viñas emparradas y sin emparrar, y la palmera, los cultivos de variadas cosechas, el olivo y el granado, similares y distintos. Comed de sus frutos cuando maduren y, cuando recolectéis, dad la parte que corresponda. Y no derrochéis, porque Él no ama a los derrochadores. (Corán 6:141)

Y del fruto de las palmeras y de las vides obtenéis embriagantes y sustento saludable. ¡Ciertamente, en esto hay un signo para gente que hace uso de la razón! (Corán 16: 67)

Y por medio del agua creamos para vosotros palmerales y viñedos, en los que tenéis fruta en abundancia, de la que coméis. (Corán 23: 19)

(10) [Él] puso la tierra al servicio de todas las criaturas. (11) Hay en ella frutas, y palmeras de fruto recubierto, (12) y granos que crecen en sus vainas, y plantas aromáticas. (Corán 55:11)

(24) ¡Que considere el hombre [la fuente de] su alimento! (25) Derramamos agua en abundancia; (26) y luego hendimos la tierra en surcos, (27) y hacemos que crezcan en ella granos, (28) y vides y hortalizas; (29) y olivos y palmeras (30), y frondosos vergeles; (31) frutos abundantes y pastos, (32) para disfrute vuestro y de vuestro ganado. (Corán 80: 29)

En todas estas aleyas se nos presentan los dátiles maduros como la fruta por excelencia, alimento para los seres humanos, y como alivio especial para las mujeres embarazadas cuando empiezan las contracciones de parto.


HADICES

Según Ibn ‘Umar, una vez le dieron al Profeta (s.a.s.) el corazón de un dátil, y dijo, “De todos los árboles, hay uno bendecido con baraka al igual que los verdaderos creyentes”. Se refería a la palmera.[23]

Según otro hadiz, ‘Alí (r.a.) dijo: “Haz honor a tu tía, la palmera, porque ha sido creada de la misma tierra de la que fue creado Adam (a.s.)”[24]

De la metáfora sobre la ‘pequeñez’, que encontramos en el Corán, también dan cuenta los hadices, haciendo uso de ellos a modo de sádaqa para protegerse del infierno:

De Adí Ibn Hátim, Allah esté complacido con él, que dijo el Men­sajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"Protegeos del Fuego aunque sea con medio dátil [de sádaqa]."[25]

El Profeta (s.a.s.) decía: "wal kalima tayibatu, sadaqa". (y la buena palabra es caridad)." Y prevénganse del fuego aunque sea con un dátil y sino pueden aunque sea con una palabra buena.[26]

"Protegeos contra el Fuego, aunque sea regalando la mitad de un dátil por caridad; y si no lo tuvierais, diciendo una buena palabra".[27]

“Quien quiera protegerse del infierno que dé aunque sea un trozo de dátil. Quien sea que no posea nada para darlo en caridad, que diga una buena frase, porque una buena acción es recompensada por Allah de 10 a 700 veces más que su valor.”[28]

La referencia coránica sobre los beneficios de los dátiles para facilitar el parto viene corroborada por el hadiz en el que el Profeta (s.a.s.) dice: “Vuestras mujeres deberían comer dátiles, porque quienquiera que se alimente de dátiles engendrará con facilidad.[29]

De lo nutritivo que es el dátil también dan fe los hadices, al constatar que se podía subsistir prácticamente con sólo dátiles como alimento y agua:

'Aisha contaba que podían pasar un mes completo durante el que no hacían fuego (para cocinar), y su comida sólo eran dátiles y agua, excepto algo de carne que les daban como presente.[30]

‘Aisha, la esposa de Muhammad (s.a.s.), dijo dirigiéndose a su sobrino: "¡Oh sobrino mío!, a veces pasaban dos meses sin que se encendiera un fuego [para cocinar la comida] en las casas del Profeta (s.a.s.)". Su sobrino le pregunto: "¡Oh tía!, ¿qué los sostuvo entonces?", ella dijo: " El agua y los dátiles, pero el Profeta (s.a.s.) tenía algunos vecinos de entre los Ansar que tenían camellos que les proporcionaban leche y solían mandarle al Profeta (s.a.s.) algo de su leche."[31]

Esta era una práctica también en tiempos de guerra:

Jabir bin 'Abdullah narró: "El Apóstol de Allah envió un ejército hacia la costa este y designó a Abu 'Ubaida bin Al-Jarrah como su jefe, y el ejército consistía en trescientos hombres, incluido él mismo. Caminamos hasta llegar a un lugar en que la comida estaba a punto de acabarse. Abu 'Ubaida nos ordenó recolectar toda la comida de la jornada y así se hizo. Mi (nuestra) comida diaria eran dátiles. Abu 'Ubaida se mantuvo dándonos nuestra ración diaria en pequeñas cantidades, hasta que se agotó. La parte de cada uno de nosotros solía ser un único dátil.” Yo dije, "¿Cómo podía beneficiaros un solo dátil?" Jabir respondió, "Empezamos a conocer su valor cuando incluso eso también se acabó."[32]

Los dátiles aparecen mucho en los hadices, sobre todo como elemento de intercambio comercial, para determinar la legalidad de las transacciones y distinguir lo que es usura (riba) en la compra-venta de productos.

Las palmeras también están siempre presentes como paisaje inevitable del desierto en las diferentes descripciones de los acontecimientos de la vida del Profeta (s.a.s.) y de los primeros musulmanes.

Los dátiles son clasificados de manera variada, unos como comida, frutas, dulces, nutrientes y medicina. Los dátiles curados, son llamados ‘ajwah en árabe.

‘Aisha (r.a.) relató lo que dijo el Mensajero de Allah (s.a.s.): los dátiles de Ajwah son un excelente remedio.”[33]

De acuerdo a otra narración, “los dátiles de ‘ajwah son ciertamente excelentes y una comida suficiente.” Los dátiles están considerados entre las frutas del Paraíso, así se observa en el hadiz:

“Ajwah viene del Paraíso y contiene un antídoto en contra del veneno.”[34]

Según otro comentario: “El dátil ‘ajwah es uno de los frutos del Jardín.[35]

Varios hadices refieren esta capacidad casi mágica de los dátiles, por la que su consumo diario previene de los efectos perjudiciales del veneno y de la magia.

Dijo el Enviado de Dios (s.a.s.): “Quien coma siete dátiles de la variedad ‘ajwah por la mañana, no le afectará ni la magia ni el veneno hasta que caiga la tarde”.[36]

Tomado del Enviado de Dios (s.a.s.): “La mejor parte del dátil es la punta. Quien come siete dátiles de la variedad ‘ajwah enteros, no le afectará durante ese día ni el veneno ni el hechizo”.

Tomado de Abu Hurayra, que el Enviado de Dios (s.a.s) dijo: “Los dátiles ‘ajwah son beneficiosos y un remedio contra el veneno”.[37]

As-Suyuti confirma este poder de los dátiles ‘ajwah en su libro sobre la medicina profética[38] con el siguiente comentario:

“Shaykh Muhiyu’d-Din at-Tawawi dijo que el Profeta (s.a.s.), había dicho, “Quien quiera que rompa su ayuno con siete dátiles ‘ajwah no será dañado por ningún veneno ni embrujo durante ese día.” Y añadió, “Esto es un trozo de conocimiento excelente, y la shari’a lo confirma.” Y yo mismo digo que el Shaykh Muhiyu’d-Din (r.a.) decía la verdad.”

Y, en otro lugar de su misma obra, As-Suyuti comenta: ‘Entre otros hadices bien fundados, existe éste: “ Quienquiera que coma siete dátiles entre el alba y el crepúsculo nada le hará daño entre el alba y el crepúsculo. El autor de este libro ofrece la explicación de que por ‘alba’ hay que entender comer en el desayuno temprano cada mañana, y que el ‘ajwat es un tipo de dátil de Medina más largo que el dátil al-sihani, de color oscuro, que fue plantado por el propio Profeta (s.a.s.). Está claro que se ha beneficiado de la baraka de haber sido plantado por el Profeta (s.a.s.). Se puede ver una conexión con la práctica de colocar dos ramas de palmera en las tumbas de los mártires y dentro de sus sepulturas. Poniendo estas palmas se les da baraka y disminuyen sus sufrimientos.[39]

Dijo ‘Alï b. Abï Talib: “Quien come siete dátiles de la variedad ‘ajwah al irse a dormir, mata el gusano que haya en su vientre.[40]

Entre los hadices también se dice que comer dátiles previene contra los cólicos.[41]

Realmente el ‘ajwat es una comida excelente y completa, y si se añade un poco de mantequilla a ella su completitud es perfecta, y, según los hadices, el dátil ‘ajwat es uno de las frutos del Jardín.[42]

Sin embargo, el mismo As-Suyuti en la misma obra[43] da referencias de otros hadices que elogian el poder de otro tipo de dátiles:

Alí (r.a.) dijo: “Los mejores dátiles son los dátiles llamados al-burniy”.

El Profeta (s.a.s.) dijo: “Los mejores de todos vuestros dátiles son los de al-burniy, que expulsan la enfermedad.

Y ha sido transmitido por Abu Huraira, “En la dulzura de los dátiles al-burniy no hay enfermedad.

También tomado de al-Hasan, que el Enviado de Dios (s.a.s.) había dicho: “El mejor de vuestros dátiles es el birnî; expulsa la enfermedad y no produce ningún daño”.

Dijo ‘Abd al-Malik: “Es decir, es el mejor de los dátiles después del ‘ajwah”.[44]

‘Aisha (r.a.) solía prescribir dátiles para aquellos que sufrían de mareos.

‘Aisha recomendaba a quien padecía vértigo, es decir que todo le daba vueltas, que comiera siete dátiles ‘ajwah cada mañana en ayunas, durante siete días.[45] Es bien conocido, que el nivel bajo de azúcar y la presión sanguínea baja son la causa de mareos. También, ella refirió que usaba dátiles combinados con pepinos para tratar su súper-delgada condición. Ella dijo ellos me alimentaban con cualquier clase de comida para engordarme, sin embargo, no gané peso. Ellos añadieron pepinos y dátiles frescos y eso me ayudó.[46]


SUNNA

Los dátiles fueron el alimento favorito del Profeta Muhammad (s.a.s.) que elogió frecuentemente las palmeras, e indicó que las palmeras provenían de Hijaz en la región de Medina, de donde fueron tomadas por la tribu de Nimrod y llevadas a Oriente, posteriormente a Damasco por los cananitas y a Babilonia por el Faraón, mientras que mercaderes y comerciantes las llevaron a Yemen, Omán y otros lugares remotos.[47]

La familia del Profeta Muhammad (s.a.s.) no comía dos comidas en un día, que una de ellas no fuera a base de dátiles.” Este es un hadiz contado directamente por su mujer 'Aisha.[48]

Las virtudes nutritivas de los dátiles quedan claramente expuestas en el hadiz en que el Profeta (s.a.s.) decía: “En una casa donde no hay dátiles, ciertamente los que viven en ella pasarán hambre.[49]

Tanto le gustaban los dátiles al Profeta (s.a.s.), que en su lecho de muerte no expiró hasta saciar ese deseo por última vez, según relata el hadiz:

Narró 'Aisha: “El Profeta murió cuando hubo satisfecho su hambre con las dos cosas negras, es decir, dátiles y agua.”[50]

El Profeta (s.a.s.) a veces combinaba dátiles con pan; otras veces, mezclaba dátiles maduros con pepinos o combinaba los dátiles con mantequilla de búfalo; él probó todas las variedades de dátiles, pero, como hemos visto en los hadices, prefirió la variedad llamada ‘ajwah.[51]

El Profeta (s.a.s.) acostumbraba a beber una infusión hecha de uvas secas y a comer dátiles secos durante sus comidas.[52] También era habitual su consumo de pepinos con dátiles verdes, y lo aconsejó a los padres de ‘Aisha para que ella engordara pues estaba muy delgada, y engordó.[53]

Narró 'Abdullah bin Ja'far bin Abi Talib: “Yo vi al Apóstol de Allah comer dátiles frescos con pepino armenio[54].[55]

Al Profeta (s.a.s.) también le gustaba tomar una bebida hecha a partir de dátiles.

Sahl narró: “Abu Usaid As-Sa'idi vino e invitó al Apóstol de Allah en ocasión de su boda. Su esposa, que era la novia, los estaba sirviendo. ¿Sabéis qué bebida preparó para el Apóstol de Allah? Ella había puesto en remojo con agua en un bote varios dátiles por la noche.[56]

La misma historia viene contada con pequeñas variantes en otro hadiz, por boca de otro transmisor, Abu Hazim, que narró que Sahl bin Sa'd dijo, "Abu Usaid, el compañero del Profeta (s.a.s.), se casó, invitó entonces al Profeta (s.a.s.) a la fiesta de su boda, y la propia novia los sirvió. Sahl dijo a la gente, '¿Sabéis con qué bebida le sirvió? Ella infundió varios dátiles en un cazo por la noche y a la mañana siguiente le sirvió la infusión’."[57]

Los Compañeros del Profeta (s.a.s.) acostumbraban a dejar algunos dátiles en remojo para el Profeta (s.a.s.), y él se bebía el jugo al día siguiente, y en los días sucesivos, volvía a pedir por él, y se lo bebía, y luego vertía lo que quedaba.[58]

Aunque no lo hemos podido confirmar en los hadices, As-Suyuti asegura que el Profeta (s.a.s.) prohibió añadir dátiles frescos a cualquier infusión.[59] Este mismo autor refiere un hadiz donde el Profeta (s.a.s.) prohíbe a un esclavo sediento mezclar dátiles y pasas en remojo en la misma agua.[60]

En una ocasión el Profeta (s.a.s.) explicó que los hombres virtuosos son similares a las palmeras, de pie, rectas ante su Señor, siguiendo en cada acción el impulso recibido desde arriba, dedicándose toda su vida al bienestar de su prójimo, la especie humana.[61]

Ibn Umar narraba: “El Profeta (s.a.s.) solía dar sus sermones estando de pie al lado del tronco de una palmera. Cuando el púlpito estuvo acabado, los daba en él. El tronco empezó a llorar y el Profeta (s.a.s.) fue hacia él y le acarició con su mano (para que dejara de llorar).[62]

Entre las prácticas de adab respecto a la comida, se cuenta la conveniencia de comer los dátiles de uno en uno, no de dos en dos:



De Yabala Ibn Suhaim se transmitió que dijo: "Nos sobrevino un año de escasez, en tiempos de Az Zubair, y nos llegaron unos dátiles como compensa­ción. Y, mientras los comíamos, acertó a pasar junto a nosotros Abdallah Ibn Úmar, Allah esté complacido de los dos, y dijo: ‘No comáis los dátiles de dos en dos, pues el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, desaprobó que se hiciera.’ Después dijo: ‘A menos que uno pida permiso al hermano que come con él’."[63]

Anas narró: “El Profeta (s.a.s.) acostumbraba a comer un número impar de dátiles.”[64]

Hemos encontrado un hadiz donde se expone el uso de los dátiles para curtir pieles: Sauda (la esposa del Profeta, s.a.s.) narró: “Una de nuestras ovejas murió y curtimos su piel manteniendo dátiles en remojo en ella hasta conseguir una piel bañada y desgastada.[65]

La Tahnika

La tahnikah significa frotar el paladar del recién nacido con un dátil blando o mascado. Es una antigua costumbre establecida entre los padres musulmanes, poner un pedazo de dátil bien masticado (u otra fruta dulce disponible) en la boca del recién nacido. Esto se realiza colocando el dátil en un dedo y luego frotando éste de derecha a izquierda en el paladar del niño. Varios hadices informan sobre esta práctica utilizada por el Profeta (s.a.s.) al tiempo que les daba su nombre a los recién nacidos.

Recientemente se ha comprobado que poner una 'sustancia dulce' dentro de la boca de los bebés recién nacidos tiene beneficios, entre ellos, reduce dramáticamente la sensación de dolor y el ritmo cardiaco.[66]

Esta práctica se empezó a utilizar en Medina, tal como informan los hadices:

Asma narró: Que ella concibió a 'Abdullah bin Az-Zubair. Ella añadió, "Yo emigré a Medina cuando estaba al final del embarazo y di a luz en Quba. Luego le llevé mi hijo al Profeta (s.a.s.) y se lo puso en su regazo. El Profeta (s.a.s.) pidió un dátil, lo masticó, y puso un poco de jugo en la boca del niño. Fue así como la primera cosa que entró en el estómago del niño fue la saliva del Apóstol de Allah (s.a.s.). Luego, el Profeta (s.a.s.) friccionó el paladar del niño con un dátil invocando las bendiciones de Allah sobre él, y fue el primer niño nacido entre los Emigrantes en Tierras islámicas (Medina)”.[67]

Respecto a lo que puede ser utilizado dijo Ibn Hayar Al-Asqalani: “Si no puede encontrar un dátil fresco entonces que use uno seco, y en su defecto puede usar cualquier dulce”.

No es esencial masticar el dátil antes de realizar la tahnikah, sino que puede ablandarse de otra forma, puesto que masticar el dátil antes de frotarlo en la boca del bebé como se explica en el hadiz era algo particular del Mensajero de Allah (s.a.s.) debido a la bendición (barakah) que existía en su saliva. Esto puede ser realizado por el padre, la madre o una persona de conocimiento y piedad.

Dijo el imam An-Nawawi: “Es consenso de los sabios la recomendación de realizar la tahnikah al bebé”.

Bujari[68] y Muslim transmitieron que Abu Musa dijo: "Al nacer un hijo varón lo llevé ante el Profeta (s.a.s.), quien le puso por nombre Ibrahim, le frotó su paladar con un dátil mascado y suplicó por él bendiciones, luego me lo devolvió".

Anas narró que cuando nació su hermano, Abu Talha le dijo: "Llévalo al Profeta" y envió junto con él algunos dátiles. El Profeta (s.a.s.) lo tomó y dijo: "¿Trajiste algo con él?" Dije: "Sí, algunos dátiles". El Mensajero de Allah (s.a.s.) los masticó, luego puso algo de dátil en la boca del bebé, frotando su paladar y le puso por nombre Abdullah. Cuando el bebé comenzó a degustar, el Profeta (s.a.s.) dijo: "Los Ansar aman los dátiles".[69]

Aisha dijo: “Los recién nacidos eran traídos ante el Profeta (s.a.s.) y él pedía bendición por ellos, y luego colocaba un dátil mascado en el paladar del niño”.[70]

Abu Buradah transmitió de Abu Musa, quién dijo: "Yo tuve un bebé recién nacido, y lo llevé al Profeta Muhammad (s.a.s.) a quién llamó Ibrahim. El Profeta (s.a.s.) masticó un dátil y entonces tomó el dátil y lo restregó en el interior de la boca del bebé".

Se aconsejan los dátiles o, en su ausencia, agua para la ruptura del ayuno tras la puesta del sol[71]. En especial durante el mes sagrado de Ramadán, en la Sunna, se rompe el ayuno comiendo un número impar de dátiles –habitualmente tres dátiles- (o algo dulce), si es posible, y si no bebiendo agua (o leche), si están disponibles, antes de la oración del ocaso (salat al-magrib).[72]

Anas narró: "El Mensajero de Allah (s.a.s.) rompía su ayuno con dátiles maduros antes de hacer el Salât. Si no le era posible comía algunos dátiles secos, y si esto tampoco le era posible bebía algo de agua".[73]

Anas bin Malik narró: “El Apóstol de Allah (s.a.s.) nunca procedió (para la plegaria) en el Día del 'Id-al-Fitr hasta haber comido algunos dátiles.”[74]

El Corán narra como María, madre de Jesús alaba la dulzura del dátil durante su huida a Egipto, o como, a la hora de alumbrar a Jesús, sacude el tronco de la palmera para comer dátiles que le dieran fuerzas y le ayudaran en el parto.[75]


CARACTERÍSTICAS Y COMPONENTES

El dátil es un fruto de la palmera datilera (Phoenix dactylifera), alimento básico para los países del Magreb, cuyos beneficios son altamente medicinales y nutritivos. La fruta es considerada edulcorante, por su gran cantidad de azúcar (aproximadamente el 70 %), nutritiva por su alto contenido en carbohidratos, hierro, potasio y fósforo.[76]

Existen varios tipos de palmeras (an-najlah):

  1. Palmeras enanas (Dum), que pueden crecer hasta convertirse en altas si no son cuidadas y podadas.
  2. Las palmeras datileras, que entre su numerosa variedad destacan:
    1. La muy frecuente Washingtonia robusta.
    2. La pequeña palmera de Canarias.
    3. Y el Sabal palmetto, de gran belleza y altamente decorativo.

Existen al menos 25 especies más de palmeras introducidas en parques y jardines.

Originaria de Arabia, la palmera datilera pertenece al grupo de palmeras más primitivo, aparecidas hace 100 millones de años. Su apreciado fruto, los dátiles, han sido consumidos desde los tiempos más remotos.[77]

El dátil no es una fruta desecada, a pesar de que la consistencia y el aspecto pueden recordar a ésta, pero comparte similitud nutritiva con las frutas desecadas. Este fruto no se somete a un proceso de desecación, sino que se seca al sol en el mismo árbol y después se recolecta. Los dátiles son oriundos de Oriente Medio y del norte de África, y dada su gran variedad se clasifican en dátiles blandos, semisecos y secos. Existen más de 100 variedades de dátiles, que se distinguen por el color, el tamaño y la forma, las mejores variedades son las moscadas: dátiles semiblandos.[78] El valor nutritivo de los dátiles blandos es superior al de los secos; los primeros aportan mayor cantidad de hidratos de carbono, lípidos, fibra, vitaminas y minerales.[79]

El dátil se cosecha de octubre a enero y, por tanto, sólo en esta época del año podemos consumir dátiles frescos. No obstante, debido a su riqueza en azúcares, el dátil se conserva magníficamente en congelación, por lo que los excedentes los podemos guardar largo tiempo de este modo. Además, este alto contenido en azúcares, favorece los procesos degradadores tras su cosecha, por lo que han de ser conservados en refrigeración si no los congelamos.

Los dátiles que nosotros podemos encontrar en nuestros supermercados proceden en su mayoría del Norte de África y normalmente son dátiles-pasas o confitados, dos formas de conservarlos y comercializarlos que prolongan su vida útil. También podemos encontrar grandes dátiles oscuros procedentes de Israel y que han sido descongelados.[80]

Los dátiles frescos contienen un alto porcentaje de agua (23%)[81], pero sobre todo de azúcar (70-80%). Al análisis[82], el fruto de la palmera, como todas las frutas desecadas[83], presenta un porcentaje elevado de nutrientes y también de calorías, constituyendo un verdadero concentrado de azúcares directamente asimilables, que proporcionan unas 275-310 Kcal por 100 g. Destaca su abundancia en hidratos de carbono, con un 9 % de fibra y un 65% de azúcares fácilmente asimilables (glucosa y fructosa). Esta característica los convierte en uno de los frutos más dulces al paladar y altamente energéticos. Constituyen una fuente por excelencia de fibra soluble e insoluble, lo que le confiere propiedades saludables para mejorar el tránsito intestinal.

Los dátiles son también muy ricos en minerales y en algunas vitaminas. Destaca sobre todo su elevado contenido en potasio[84] (650 mg/100 g), hierro (2,5 mg) y magnesio[85] (50 mg), hasta el punto de que 100 gramos de dátiles al día cubren entre el 15 y el 20% de las necesidades de esos minerales en una persona adulta, y el 8% de las de calcio[86] (61 mg), fósforo (60 mg) y cobre (0,33 mg). También contienen sodio (18 mg), zinc (0,34 mg), manganeso (0,15 mg), cromo y yodo. También es considerado un alimento básico por su riqueza en sales alcalinas, que posee en proporción de 6:1.[87]

En cuanto a vitaminas, además de la provitamina A (beta-caroteno), las vitaminas A[88] (retinol – 5 ng), C (ácido ascórbico – 2 mg), D (calciferol – 45 UI)[89] y E (tocoferoles – 0,100 mg)[90], destacan las del complejo B: B1 (tiamina – 0,07 mg), B2 (riboflavina – 0,09 mg), B3[91] (niacina – 2 mg), B5 (ácido pantoténico) y B9 (ácido fólico); ésta última unida al contenido de hierro, convierte a los dátiles en un importante complemento en las dietas de las mujeres embarazadas y en los periodos de crecimiento.[92] La vitamina C, en mayor cantidad en la fruta fresca, se pierde durante el desecado.

Su alta aportación energética (por su alto contenido en hidratos de carbono) contrasta con un bajo contenido en proteínas –aproximadamente un 2%- siendo así muy recomendable su consumo en casos de insuficiencia renal.[93]

El dátil también contiene grasas (0,5 mg), pero no colesterol. Además, la vitamina B3 (niacina) que contiene interviene en la metabolización de las grasas y ayuda a disminuir el colesterol; también la fibra soluble que contiene arrastra el colesterol y evita que sea absorbido en el intestino.[94]


PROPIEDADES MEDICINALES

Aún cuando se ha dicho que el dátil es indigesto, es la más digerible entre las frutas que desarrollan alto número de calorías. Esto se debe a que la presencia de la vitamina B facilita la asimilación de dichos azúcares. Por ello incluso está indicado en personas aquejadas de digestión débil.

Contiene, además, otras vitaminas, como la A y la D, que favorecen el crecimiento y el desarrollo, tienen propiedades antiinfecciosas y facilitan la fijación del calcio. Posee también vitaminas B1, B2 Y B3, antineuríticas y antipelagra.
Su riqueza en minerales aumenta su importancia nutritiva. Cien gramos de dátiles satisfacen las necesidades diarias de hierro. Es una de las primeras frutas en cuanto a su contenido en fósforo y su riqueza en calcio es también muy elevada; estos dos minerales favorecen el crecimiento.
En cuanto a su contenido en magnesio, es un alimento muy notable. Esta riqueza se explica por la alta concentración de magnesio en las aguas subterráneas que irrigan los palmerales. Como la ausencia de cáncer en la población de los oasis ha sido demostrada, es ésta una constatación de gran interés.[95]

Los dátiles, por su gran contenido en hidratos de carbono simples y complejos (72%) constituyen un alimento muy energético (274 Kcal por 100 gramos de dátil seco), ideales para aquellas personas que queman mucha energía como los niños, que pueden seguir jugando sin sentir la sensación de cansancio, y los deportistas, después o durante los grandes esfuerzos.[96] Además, por su contenido en azúcares complejos, son metabolizados por el organismo de manera prolongada en el tiempo, una cualidad interesante cuando hemos de mantener esfuerzos físicos o mentales prolongados en el tiempo (deportes de resistencia o exámenes de larga duración).

Alimento ideal para las personas que realizan trabajos que implican esfuerzos físicos, deportistas, niños, ancianos, enfermos y convalecientes, por su alto valor nutritivo debido a la concentración de sus componentes y calorías que aporta, destacando su alto contenido de potasio, que casi duplica el del plátano.[97]

Los dátiles aportan mucha energía, tanto a los músculos como al cerebro, por lo que permiten, no solamente realizar grandes esfuerzos físicos, sino que incrementan la capacidad y la agilidad mental, por lo tanto constituyen un buen recurso para los estudiantes que pueden concentrarse mejor y rendir mucho más en los exámenes si comen unos cuantos dátiles.[98]

La vitamina B9 (ácido fólico), unida al contenido de hierro, convierte a los dátiles en un importante complemento en las dietas de las mujeres embarazadas y en los periodos de crecimiento.[99]

Los dátiles son considerados como un alimento tónico muscular y nervioso y como un preventivo contra el envejecimiento y el cáncer.[100]

Los dátiles se hallan indicados en el embarazo y en el crecimiento. Son recomendables, por tanto, para los niños, sobre todo adolescentes, para los cuales constituye una golosina y un postre excelente.
También deben comerlos los deportistas, sobre todo los alpinistas y los trabajadores que hacen gran esfuerzo físico. Es un buen alimento en casos de insuficiencia renal en los que conviene reducir el aporte proteico o cuando es necesario un régimen alcalino.
Finalmente, son buenos para convalecientes, personas muy débiles, anémicas y en los estados de desmineralización, tuberculosis, astenia física o intelectual, etc.[101]

A diferencia de otros alimentos muy calóricos pero provistos de energía vacía de muy corta duración, los dátiles pueden mantenernos satisfechos durante mucho tiempo porque sus azúcares, de fácil asimilación, son liberados poco a poco, prolongando la sensación de saciedad; en este sentido estos frutos son ideales para mantenernos satisfechos cuando tenemos hambre entre comidas.[102]

Entre sus efectos, el dátil destaca por su poder:

Reconstituyente: el dátil quizás sea, por su elevado valor nutritivo y energético, debido a su alto contenido en hidratos de carbono, uno de los mejores reconstituyentes naturales que existen. Después de un esfuerzo físico considerable, este fruto consigue reponer fuerzas en un santiamén.[103] Algunos deportistas de alto nivel los prefieren a las galletas y barritas nutritivas pues les ayudan a recuperarse más rápido después de un gran desgaste.[104]

Vigorizante: la presencia de vitaminas del grupo B confiere al dátil propiedades vigorizantes, siendo muy recomendada su inclusión en dieta para mejorar estados de fatiga y debilidad física.[105]

Antienvejecimiento: el extracto de hueso de dátil contiene 7 sustancias con propiedades antienvejecimiento. Estas sustancias activas son: fitoesteroles, fitoesteroides, ácido ursólico, isoflavonas, policosanoles, provitamina A y vitamina E.[106]

Laxante: su alto contenido en mucílagos proporciona también beneficios notables a la hora de tratar el estreñimiento[107], aunque también es beneficioso en caso de diarreas para reponer minerales.[108]

Expectorante, emoliente: para ablandar la tos cuando es excesivamente seca y para combatir los catarros de las vías respiratorias.

Aperitivo, orexígeno: los dátiles estimulan el apetito, resultando útiles en las afecciones intestinales y estomacales asociadas a la inapetencia.[109]

Analgésico: reduce significativamente la duración del llanto en los recién nacidos cuando son sometidos a pinchazos en los talones o a circuncisión.[110]

Reductor del ritmo cardiaco: los ritmos cardiacos vuelven a la normalidad con más rapidez.[111]

Antihemorrágico: el potasio se ha demostrado que es muy efectivo para los casos de hemorragia, tales como los casos del nacimiento y la circuncisión.[112]

Facilitador del parto: se recomienda la ingestión de los dátiles para las mujeres próximas al parto, disminuyen los dolores de las contracciones, reconfortan las fuerzas y aumentan la producción de leche en los senos maternos. El Corán narra como María, madre del Profeta Jesús, a la hora de alumbrar a Jesús, sacude el tronco de la palmera para comer dátiles que le dieran fuerzas y le ayudaran en el parto.[113]

Tranquilizante: por su contenido en ácido pantoténico (vitamina B5), conocido por sus efectos tranquilizantes del sistema nervioso; en este sentido hay quienes se refieren a los dátiles como "pastillas naturales anti-estrés" por la capacidad que tienen de relajar al individuo y hacerlo sentir mejor.[114]

Facilitador del sueño: comer dátiles antes de irse a dormir, por su contenido en triptófano que estimula la formación de la melatonina, puede contribuir a conciliar el sueño y evitar el insomnio.[115]

Diurético: al aumentar la micción ayudan a tratar la retención de líquidos y otras enfermedades relacionadas con la acumulación de toxinas y líquidos en las articulaciones como la gota o la artritis, también la hipertensión.[116]

El dátil tiene fama de antiafrodisíaco entre los pueblos del norte de África[117], pero en cambio en la medicina profética se le atribuye, al contrario, capacidad de aumentar el poder sexual, especialmente cuando se combina con piñones.[118]

Han sido probados los beneficios que aporta en el tratamiento de males como el asma, la bronquitis, los catarros y otros problemas de las vías respiratorias; también es útil para la anemia, en especial la anemia ferropénica, por su alto contenido en hierro.[119]

En naturopatía se prescribe su uso en caso de asma, bronquitis, tuberculosis, tos, fiebres, cáncer, dolor de estómago, catarro, fatiga ocular, gonorrea.[120]

La medicina tradicional china los emplea con frecuencia. Por su naturaleza los identifican con el sabor dulce y los describen como uno de los alimentos cotidianos de mayor poder curativo, como el arroz o el jengibre. Para ellos, tonifica la sangre y el chi (energía vital), favoreciendo la limpieza del aparato circulatorio y bajando la presión arterial, lo que fortalece la salud y calma la mente.[121]

As-Suyuti[122] recomendaba mantequilla desecada mezclada con miel y dátiles para tratar los antojos de las embarazadas.


USOS COMO REMEDIO CASERO

A pesar de la profusión de palmeras datileras en nuestro entorno, y por tanto de dátiles, resulta sorprendente no encontrar ninguna receta de la cocina popular española en la que los dátiles sean el ingrediente principal, o uno de ellos. Ni siquiera en los interesantes estudios sobre la alimentación en la Murcia islámica[123] aparece ninguna referencia a los dátiles, ni mucho menos receta de cocina que los contenga. Sólo el profesor Manuel Martínez Llopis, en su libro sobre la historia de la gastronomía española[124], cuenta que el arrope, genuino invento árabe, lo elaboraban cociendo frutas como dátiles, higos o uvas.[125]

Para ablandar la tos seca y para los catarros de las vías respiratorias: hervir los dátiles con leche y comerlos acompañados de una buena taza de la misma leche en que se han hervido, bien caliente. Se darán tres tazas al día con media docena de dátiles para cada taza, pudiendo aumentar tanto la cantidad de leche como la de dátiles. (En los países árabes se consumen grandes cantidades de ellos, sobre todo asociados a la leche, que completa su valor nutritivo).[126]

Para la tos y la bronquitis: decocción de tres dátiles y dos higos en un litro de agua durante 10 minutos; tomar un par de tazas al día. (Los dátiles, combinados con los higos secos, pueden constituir un remedio adecuado para el tratamiento de la tos).[127]

Para las anginas: decocción de cuatro dátiles en un vaso de agua durante 10 minutos; dejar enfriar un poco y realizar gargarismos con el líquido resultante.[128]

Fabricación casera de khol:

El khol es un polvo realizado con antimonio, clavo, huesos de aceituna y de dátil.

Ingredientes: clavos de olor, huesos de aceituna negra, huesos de dátil, un grano de pimienta, antimonio.

Preparación:

Tostar en una sartén unos cuantos clavos de olor, huesos de aceituna negra, huesos de dátil y un grano de pimienta. Machacar y añadir un poco de antimonio; mezclar bien. Tamizar muy finamente. Conservar en un pequeño frasco de cristal con un cierre seguro y aplicar con un palito de madera en el interior del ojo.

El buen khol es el que pica un poco al aplicarlo.[129]


PRECAUCIONES

A pesar de todas las propiedades beneficiosas que tienen los dátiles, al poseer muchas calorías debemos ser prudentes en su ingestión. Es un elemento que debe tomarse en poca cantidad, especialmente en dietas de adelgazamiento o con problemas de obesidad.[130]

Su contenido en azúcares es muy elevado por lo que no resultan adecuados en personas con diabetes.[131]

Un consumo frecuente de dátiles puede favorecer la aparición de caries dental y problemas en las encías. Debido a la naturaleza pegajosa de los azúcares de los dátiles, se retienen mucho entre los dientes, lo que favorece la producción de caries, por lo que, siempre que sea posible, tras su consumo es aconsejable lavarse bien los dientes[132] o comer un trozo de manzana, restregándola bien por los dientes y las encías[133], aunque éstas son prácticas que no están registradas en la tradición profética.

Deben comerse con moderación por las personas de estómago delicado, ya que las frutas desecadas resultan más indigestas que las frescas. En personas propensas a sufrir descomposiciones intestinales, los dátiles, comidos en abundancia, pueden producir gases, diarrea o acidez de estómago.[134] Están contraindicados en los casos de enfermedades gástricas que cursan con hiperclorhidria.[135]

Los dátiles contienen tiramina, una sustancia que provoca constricción de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar migraña en personas propensas.[136] La tiramina es un compuesto vasoactivo que puede aumentar la presión arterial, aunque hacen falta dosis muy elevadas para que se manifiesten estos síntomas. [137]

Los dátiles tampoco deben consumirse en casos de litiasis renal cálcica.[138]

Los libros antiguos de medicina profética[139] refieren, además, otra contraindicación: la oftalmía, a partir de un hadiz contado por As-Sahib, quien fue a visitar al Profeta (s.a.s.), y éste, tras invitarlo a comer y viéndolo comer dátiles, le dijo: “¿Por qué estás comiendo dátiles si padeces oftalmía?[140] Si una persona que sufre de oftalmía come dátiles, padecerá dolores de cabeza y otros efectos perniciosos.

Los efectos perniciosos de los dátiles pueden ser contrarrestados comiendo almendras y amapolas.[141]


CONCLUSIÓN

En el Corán se nos presentan los dátiles maduros como la fruta por excelencia, alimento para los seres humanos, y como alivio especial para las mujeres embarazadas cuando empiezan las contracciones de parto, siguiendo el ejemplo de Maryam (Virgen María), madre del profeta ‘Isa (Jesús, a.s.), uso prácticamente desconocido en la Obstetricia moderna.

Para el Profeta Muhammad (s.a.s.) los dátiles eran uno de sus alimentos favoritos, que combinaba con pan, pepinos o mantequilla (de búfalo). Prefería la variedad llamada ‘ajwah, que los consideraba como un remedio excelente y como procedentes del Paraíso. A otro tipo de dátiles, los al-burniy, también les atribuía propiedades terapéuticas especiales.

El Profeta (s.a.s.) aconsejó comer los dátiles de uno en uno, y siempre comía un número impar de ellos. También le gustaban en infusión para beber.

Entre las enfermedades que se comentan en los hadices como tratables con dátiles, figuran los gusanos intestinales (o la tenia intestinal), los cólicos, los mareos (vértigo) y la delgadez.

Según la tradición islámica, el consumo diario de dátiles previene contra cualquier veneno y encantamiento.

En la Sunna se aconseja comer un número impar dátiles para romper el ayuno tras la puesta del sol, en especial durante el Ramadán, antes de la oración del ocaso (salat al-magrib).

Los dátiles son uno de los frutos más dulces y energéticos, frente a su bajo contenido en proteínas y colesterol, y muy ricos en fibra, minerales y en algunas vitaminas, por lo que constituyen uno de los mejores reconstituyentes y vigorizantes naturales que existen.

Son ideales para la alimentación de niños, adolescentes, embarazadas, deportistas, ancianos, enfermos (especialmente anémicos, asténicos, desmineralizados) y convalecientes, y en dietas antienvejecimiento y para prevenir el cáncer.

Finalmente, esperamos que los científicos musulmanes, médicos e investigadores, tengan en cuenta este descubrimiento que se desprende del estudio de la tradición islámica, y las otras tantas ideas y prácticas en la enseñanza del Islam que necesitan investigación objetiva y científica, y así poderles dedicar la atención que ellas merecen y situarlas en el contexto actual de la Medicina y la Sanidad modernas.[142]



Notas

[1] Capital europea de la cultura íbera.

[6] en su Secundi naturalis historiæ

[10] Otro ejemplo cercano lo encontramos en el templo de la Sagrada Familia en Barcelona, obra del genio creador de Gaudí.

[23] Este hadiz proviene de al-Bujari y Muslim (As-Suyuti’s Medicine of the Prophet). Sahih Bujari, Libro 60, Hadiz 220; Libro 65, Hadiz 355, 359; Libro 73, Hadiz 143, 165; Sahih Bujari, Libro 3, Hadiz 58, 59,72, 133.

[24] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[25] Lo relataron Al Bujari y Muslim. (Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 59: Del estímulo a comer del resultado del propio trabajo, hadiz 3. 549; Capítulo 13: De los diversos y muchos caminos del bien), hadiz 23. 139. Sahih Bujârî, Libro 76, Hadiz 547.

[26] Lo relataron Al Bujari y Muslim. (Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 13: De los diversos y muchos caminos del bien), hadiz 23. 139. Sahih Bujârî, Libro 76, Hadiz 548; Libro 76, Hadiz 568; Sahih Bujari, Libro 24, Hadiz 498.

http://www.centroislamico.org.ec/rv09.htm

[27] Narrado por Adiyy ibn Hatim en Sahih Bujari, Libro 73, Hadiz 52; Libro 24, Hadiz 494.

. (http://www.alislam.org/spanish/libros/respuesta/individual.htm)

[28] Frases de la primera jutba que el Profeta (s.a.s.) pronunció en Qubâ antes de dirigir el salat, al poco tiempo de haber instaurado el salat colectivo de los viernes (jumua’). (http://www.musulmanesandaluces.org/publicaciones/sira-II/sira-21.htm)

[29] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[30] Sahih Bujârî, Libro 76, Hadiz 465.

[31] Sahih Bujârî, Libro 76, Número 466; Número 2567; Libro 47, Número 741.

Sahih Muslim, Número 2972.

[32] Sahih Bujari, Libro 44, Hadiz 663.

[33] Divulgado por Bukhari y Muslim. (As-Suyuti’s Medicine of the Prophet).

[34] Divulgado por Tirmidhi (http://www.islamicbulletin.com/newsletters/issue_14_spanish/feb97-dietarylaws.htm). As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[35] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[36] Sahih Bujari, Libro 65, Hadiz 356; Libro 71, Hadiz 663, 664, 671.

[37] Ibn Habib.- Compendio de Medicina (Mujtasar fi l-tibb)

[38] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[39] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[40] Ibn Habib.- Compendio de Medicina (Mujtasar fi l-tibb)

[41] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[42] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[43] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[44] Ibn Habib.- Compendio de Medicina (Mujtasar fi l-tibb)

[45] Ibn Habib.- Compendio de Medicina (Mujtasar fi l-tibb)

[48] Sahih Bujari, Libro 76, Hadiz 462.

[49] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[50] Sahih Bujari, Libro 65, Hadiz 295.

[52] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[53] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[54] snake cucumber, snake melón, Armenian cucumber o uri, en inglés, que se traduce por ‘pepino armenio’ o ‘melón-serpiente’ (melón del grupo Flexuosus)( http://www.kokopelli-seed-foundation.com/actu/new_news.cgi?id_news=157)

[55] Sahih Bujari, Libro 65, Hadiz 351, 358, 360.

[56] Sahih Bujari, Libro 69, Hadiz 495, 502.

[57] Sahih Bujari, Libro 78, Hadiz 676.

[58] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[59] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet

[60] Hadiz de Al-Bujari, según As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[62] Sahih Bujari, Libro 56, Hadiz 783.

[63] Lo relataron Al Bujari y Muslim. (Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 105: De la desaprobación de comer los dátiles o algo parecido de dos en dos, hadiz 1.745).

Sahih Bujari, Libro 65, Hadiz 357; Libro 43, Hadiz 635; Libro 44, Hadiz 669, 670.


[64] Sahih Bujari, Libro 15, Hadiz 73.

[65] Sahih Bujari, Libro 78, Hadiz 677.

[67] Sahih Bujari, Libro 58, Hadiz 248, 249; Libro 66, Hadiz 378.

[68] Sahih Bujari, Libro 66, Hadiz 376; Libro 73, Hadiz 218.

[69] Transmitido por Al-Bujari (Sahih Bujârî, Libro 24, Número 578; Libro 66, Hadiz 379) y Muslim. (Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 3: De la paciencia, hadiz 20. 44).

[70] Transmitido por Muslim (http://islamsunni.nireblog.com/post/2007/07/12/ritos-relacionados-con-el-recien-nacido). Sahih Bujari, Libro 73, Hadiz 31.

[71] Lo relataron Abu Dawûd y at-Tirmidzî (Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 222: Del favor y el beneficio en apresurarse a romper el ayuno, hadiz 6. 1245).

[73] Este hadîz es transmitido por Abu Dawûd y por al-Hâkim, que lo califican como sahih, y por at-Tirmidzî, que lo califica como hassan (http://www.musulmanesandaluces.org/)

Los Jardines de los Justos (Riyad As-Salihin).- Imam An-Nawawi, Capítulo 222: Del favor y el beneficio en apresurarse a romper el ayuno, hadiz 7. 1246).

[74] Sahih Bujari, Libro 15, Hadiz 73.

[82] Para la mayor parte de la información sobre la composición del dátil se ha seguido el libro La gran guía de la Composición de los Alimentos. Ed. Integral.

[83] Durante la desecación de la fruta fresca, su contenido en agua se reduce, lo que da lugar a la concentración de los nutrientes. El valor calórico de las frutas desecadas es elevado por su abundancia en hidratos de carbono simples.

[84] El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

[85] El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

[86] El aprovechamiento del calcio de estos alimentos es peor que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.

[88] El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, además de tener propiedades antioxidantes.

[91] La vitamina B3 o niacina interviene en distintas fases del metabolismo y aprovechamiento de los hidratos de carbono, ácidos grasos y aminoácidos entre otras sustancias.

[108]El dátil nuevo es frío y seco y un poco astringente. El dátil verde es astringente y retiene el vientre. El dátil no completamente maduro, tanto rojo como amarillo, es equilibrado y contiene algo de calor debido a ser dulce. El dátil fresco es caliente y suave y suelta el vientre. El dátil maduro es más caliente y menos húmedo y también suelta el vientre.” (Ibn Habib.- Compendio de Medicina (Mujtasar fi l-tibb)

[110] Estudio hecho administrando sacarosa. Los autores del estudio médico intentaron probar con nuevas sustancias dulces, pero sugieren recomendable que se utilicen dátiles para aliviar el dolor de los recién nacidos. (http://usuarios.lycos.es/nurislam/datil.html)

[111] Estudio hecho administrando sacarosa (http://usuarios.lycos.es/nurislam/datil.html)

[118] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[122] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[123] De Natividad Aznar, aparecidos en 'El velo de la Memoria. Tres miradas a la Murcia islámica’ o en 'Dios bendiga esta mesa. Recetas de las tres culturas'.

[124] Historia de la gastronomía española. Ed. La Val de Onsera, 1995.

[139] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[140] Hadiz transmitido por Al-Hamida, según As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.

[141] As-Suyuti’s Medicine of the Prophet.


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