El Asno Roñoso de la Cola Cortada / Mangy Ass with the lopped-off tail

Las mujeres y el sufismo

Desde el inicio de la consciencia, los seres humanos, ya mujeres ya hombres, han recorrido la senda de la reunión con el Origen del Ser. Aunque en este mundo de dualidad podamos hallarnos a nosotros mismos en diferentes formas, finalmente no existe masculino o femenino, sino sólo Ser. Dentro de la tradición Sufí, el reconocimiento de esta verdad ha favorecido la madurez espiritual de las mujeres de una manera que no siempre ha sido posible en occidente.
Desde los primeros días hacia delante, las mujeres han desempeñado un papel importante en el desarrollo del sufismo. El Profeta Muhammad (saws) trajo un mensaje de integración de espíritu y materia, de esencia y de vida cotidiana, de reconocimiento tanto de lo femenino como de lo masculino. Aunque las manifestaciones culturales han cubierto algo de la original pureza de intenciones, las palabras del Corán declaran la igualdad de los hombres y de las mujeres a los ojos de Allah. En un tiempo en que las tribus árabes idólatras todavía eran bastante bárbaras, esta nueva voz de la tradición de Abraham consiguió restablecer la aceptación de la Unidad del Ser. Intentó enderezar los desequilibrios que habían surgido, aconsejando respeto y honor hacia lo femenino igual que por la gracia y la armonía de la naturaleza.

Cuando el lado místico del Islâm se desarrollaba, una mujer, Râbi‘a al-‘Adawiyya (717-801 dc) expresó la relación con lo divino en un lenguaje que se ha venido a reconocer como específicamente sufí, al referirse a Allah como el Amado. Râbi‘a hablaba de las realidades del sufismo en un lenguaje que cualquiera podría entender. Aunque ella experimentó muchas dificultades en sus primeros años, el punto de partida no fue nunca el temor del infierno ni el deseo del paraíso, sino sólo el amor. “Allah es Allah” decía “por eso amo a Allah... no a causa de ningún regalo, sino por sí mismo.” Su aspiración era mezclar su ser en Allah. Según ella uno podría encontrar a Allah volviéndose al interior de uno mismo. Como dijo el Profeta Muhammad (saws): “Quién se conoce a sí mismo, conoce a su Señor.” Al final es a través del amor que somos llevados a la unidad del Ser.

A través de los siglos, las mujeres al igual que los hombres han continuado la luz de este amor. Por muchas razones, las mujeres han sido a menudo menos visibles y menos citadas que los hombres, pero ellas han sido siempre participantes activas. Dentro de algunos círculos sufís las mujeres fueron integradas con los hombres en las ceremonias; en otras órdenes, las mujeres realizaban sus propios círculos del recuerdo y la adoración aparte de los hombres. Algunas mujeres se dedicaron ascéticamente a si mismas al Espíritu, fuera de la sociedad, como hizo Râbi‘a, otras eligieron el papel de benefactoras y protectoras de los círculos de adoración y de estudio. Muchos de los Grandes Maestros con los que estamos familiarizados en occidente, tuvieron maestras, estudiantes y amigas espirituales que influyeron grandemente en su pensamiento y su ser. Y esposas y madres dieron apoyo a los miembros de sus familias mientras proseguían su propia jornada hacia la unión con el Amado.

Ibn al-‘Arabî, el llamado gran “Polo del Conocimiento” (1165-1240) dC) habla del tiempo que pasó con dos ancianas mujeres místicas que tuvieron una profunda influencia en él: Shams de Marchena, una de las “suspirantes” y Fatimah de Córdoba. De Fatimah, con la que pasó una gran cantidad de tiempo, dice:

«Serví como un discípulo a una de las enamoradas de Allah, una gnóstica, una dama de Sevilla llamada Fatimah bint al-Mutanna de Córdoba. La serví durante muchos años, teniendo ella más de 99 años de edad... Acostumbraba tocar la pandereta y mostraba gran placer en ello. Cuando le hablé sobre esto ella me respondió: "Me regocijo en Aquel que se ha vuelto a mí y me ha hecho uno de sus Amigos, usando de mí para sus propios propósitos. ¿Quién soy yo para que Él me escogiera entre la humanidad? Él es celoso de mí, cuando quiera que me vuelco con atención sobre algo distinto de Él, Él me envía alguna aflicción concerniente a esa cosa." “Con mis propias manos construí para ella una cabaña de cañas tan altas como ella, en la que vivió hasta su muerte.”

Cuando a otro conocido maestro, Abû Yazîd al-Bistâmî (874 dC) se le preguntó quien era su maestro, dijo que era una vieja mujer que había encontrado en el desierto. Esta mujer le llamó tirano vanidoso y le demostró por qué, pues al pedirle a un león que le llevara un saco de harina, estaba oprimiendo a una criatura que el mismo Allah había dejado libre de cargas y al desear reconocimiento por tales milagros estaba demostrando su vanidad. Sus palabras le sirvieron de guía espiritual durante mucho tiempo. Otra mujer por la que Bistâmî sentía un gran reconocimiento era Fâtimah Nishaburiyya (d.838), de quién dijo: "no había estación (en el camino) que ella no hubiera experimentado ya." Una vez alguien preguntó al gran maestro Sufí egipcio Dhu'n-Nûn: "¿Quién es en tu opinión, el más grande entre los Sufís?" Él replicó: "Una mujer de Meca, llamada Fâtimah Nishaburiyya, cuyos discursos demostraban una profunda comprensión de los significados internos del Corán." Presionado más tarde a hablar de Fatimah, añadió: "Ella es de los Santos de Allah, y mi maestra." Una vez, ella le aconsejó: "En todas tus acciones, mira de actuar con sinceridad y en oposición a tu yo más inferior (nafs). Ella también dijo: "Quienquiera que no tiene a Allah en su conciencia está equivocado y en el engaño, cualquiera que sea el idioma que hable, cualquiera que sean las compañías que frecuente. Ya que quienquiera que se mantiene en la compañía de Allah nunca habla más que con sinceridad y asiduamente está adherido a una humilde reserva y a una seria devoción en su conducta”.

La esposa del Sufi del siglo IX-X al-H•akîm at-Tirmidî era una mística por derecho propio. Acostumbraba a experimentar sueños tanto para si misma como para su marido. Khidr, el misterioso, se le aparecía en sueños. Una noche le dijo que le dijera a su marido que guardara la pureza de su hogar. Considerando que quizás Khidr se refería a la falta de limpieza que había a veces a causa de sus hijos pequeños, ella le preguntó en sueños. Él le respondió señalando su lengua, que debía decirle a su marido que fuera responsable de la pureza en sus palabras. 

Entre las mujeres que siguieron la Senda del Amor y de la Verdad, las hubo quienes se regocijaban y quienes se lamentaban continuamente. Sha'wana, una Persa, era de las que suspiraban. Hombres y mujeres se reunían a su alrededor para oír sus discursos y sus canciones. Acostumbraba a decir: "Los ojos que impedidos de contemplar al Amado, y siguen deseosos de mirarle, no pueden llenarse de esa visión sin llorar." Sha'wana no sólo estaba cegada por las lágrimas de la penitencia, sino también deslumbrada por la gloria radiante del Amado. Durante su vida experimentó una íntima cercanía con Allah. Esto influyó profundamente a su devoto marido y a su hijo (que se volvió él mismo un santo). Se convirtió en una de las más profundas maestras de su tiempo.
Una de las que se regocijaba fue Fedha, que era también una mujer casada. Enseñaba que "la alegría del corazón ha de ser felicidad basada en lo que uno interiormente percibe; por lo tanto deberíamos intentar siempre regocijarnos dentro de nuestro corazón hasta que cada uno de nuestro alrededor también se regocije.”
En su mayoría, las palabras de las mujeres en el Sufísmo que permanecen desde siglos pasados en informes tradicionales de sus comentarios o de poemas que desarrollaron alrededor de sus palabras. El Corán alienta vehementemente tanto la educación de las mujeres como de los hombres, básicamente promueve el mutuo respeto y valoración de los seres humanos sin miramientos de sexo o condición social. Dentro del Sufismo, ha prevalecido la más esencial de las actitudes coránicas. Las culturas en las que el sufismo ha existido, tendieron a comunicar más material oral que de forma escrita, y las mujeres en particular quizás hayan tenido menos tendencia a escribir.



Autora: Camille Adams Helminski
Traductor: Abû Bakr López
Fuente: Orden Sufi Yerrahi al Halveti Click Here to Read More..

Acerca de las excelentes cualidades del Mes de Ramadán

BISMILLAH IR-RAHMAN IR- RAHIM

Sheikh Abu Nasr ibn Muhammad al-Banna nos ha informado, bajo la autoridad tradicional, que Salman Farsi (quiera Allah estar complacido con él) una vez dijo:

El Mensajero de Allah (saws) dio un sermón para nuestro beneficio en el último día de Shaban y esto es lo que él nos dijo:

"OH Gente, un mes poderoso ha echado su sombra protectora para cubrirlos. ¡Un mes bendito, un mes en que hay una noche que es mejor que mil meses! Allah ha hecho del ayuno un deber obligatorio, y la observancia de la vigilia nocturna una práctica voluntaria. Si alguien busca estar cerca del Señor simplemente poniendo en acción un ejemplo de buena conducta o realizando una obligación religiosa, esa persona estará exactamente igual que alguien que realice setenta obligaciones religiosas durante todos los otros meses del año. Es el mes de resistente paciencia, y el premio para la resistente paciencia es el Jardín del Paraíso. Es el mes de compartir y dar caridad, y es el mes en que el sustento del verdadero creyente es aumentado. Así, si alguien da una comida de desayuno a una persona que está guardando el ayuno, esto producirá el perdón de sus pecados, y su emancipación del Fuego del Infierno. Al bienhechor también le será concedido un premio equivalente a lo ganado por el destinatario de su generosidad, pero sin que reduzca en absoluto el premio obtenido por este último".
"No todos podemos darle una comida de desayuno a alguien que está guardando el ayuno", dijeron aquellos que estaban escuchando su sermón, pero el Profeta (saws) continuó: "Allah concederá este premio a cualquiera que de amablemente una comida de desayuno a una persona que está guardando el ayuno, aun cuando sea un dátil, agua, o una taza de leche diluida. Es un mes cuyo principio es una misericordia, la mitad es un perdón, y la última parte es una liberación del Fuego del Infierno. Así, si un amo de esclavos aligera la carga llevada por su esclavo en este mes, Allah lo perdonará y le concederá libertad del Fuego del Infierno.

Durante el curso de este mes, por consiguiente debéis cultivar cuatro prácticas, y repetirlas frecuentemente. Dos de éstas son prácticas por las que vosotros ganaréis el placer de vuestro Señor, mientras que las otras dos son prácticas que vosotros no podéis permitiros el lujo de hacer. En cuanto a las dos prácticas por las que ganaréis el placer de vuestro Señor, ellas son testificar que no hay ningún dios excepto Allah y pidiéndole por Su perdón. En cuanto a las dos que no podéis permitiros el lujo de hacer, son suplicarle a Allah que os conceda el Jardín del Paraíso, y el tomar refugio con Él del Fuego del Infierno.

Además, si alguien proporciona una comida de desayuno en el curso de este mes a una persona que está guardando el ayuno, Allah le dará una bebida de mi Cubeta después de la cual él nunca se sentirá sediento".

Según un informe tradicional transmitido por al-Kalbi, en la autoridad de Adu Nadra, fue Abu Sa'id al-Khudri (quiera Allah estar complacido con él) quién declaró que el Mensajero de Allah (saws) una vez dijo:

"Las Puertas del Jardín del Paraíso y las Puertas del cielo ciertamente se abrirán en la primera noche del mes de Ramadán, y ellas no se cerrarán de nuevo hasta la última anoche. Cada tiempo, sin falta, que un varón o mujer sirviente del Señor realice la oración durante cualquier noche de este mes, Allah le acreditará ciento diecisiete buenos hechos por cada acto de postración. Para ese sirviente, Él construirá en el Jardín del Paraíso una casa, hecha de un sólo rubí rojo que tiene setenta puertas. Cada uno de estas puertas tendrá dos hojas de oro, bellamente adornadas con bultos formados del rubí rojo. Si alguien guarda el ayuno en el primer día del mes de Ramadán, Allah le perdonará cada pecado pequeño hasta el último día de Ramadán, y su ayuno será de expiación hasta el mismo punto en tiempo. Durante cada día en que él guarda el ayuno, se le concederá una mansión magnífica en el Jardín del Paraíso, provista de mil puertas hechas de oro. Desde temprano por la mañana, setenta mil ángeles pedirán perdón en su nombre, aunque estarán fuera de vista detrás de las cortinas. Por cada acto de postración que él realiza, de noche o de día, se le concederá un árbol en el Jardín del Paraíso, un árbol en cuya sombra un jinete puede viajar durante cien años sin pasar en la vida más allá de él".

Sheik Abu Nasr Muhammad ibn al-Banna me ha informado, en la buena autoridad tradicional, que fue Abu Huraira (quiera Allah estar complacido con él) quién primero informó este dicho del Profeta (saws): "Cuando la primera noche del mes de Ramadán ha llegado, Allah inspecciona a Su creación entera. Si Él toma aviso de un sirviente Suyo en particular, significa que Él nunca le causará sufrir el tormento, y un millón tienen la razón, todos los días, de agradecer a Allah por su liberación del Fuego del Infierno".

Sheik Abu Nasr Muhammad ibn al-Banna también me ha informado, en la buena autoridad tradicional, que fue Abu Huraira (quiera Allah estar complacido con él) quién primero informó que el Profeta (saws) una vez dijo: "En cuanto Ramadán llega, las Puertas del Jardín del Paraíso se abren, las Puertas del Fuego del Infierno se cierran con llave, y a los demonios se les coloca grilletes y son atados".

Según otro informe de la tradición, transmitido bajo la autoridad de Nafi ibn Burda, Abu Mas'ud al-Ghifari (quiera Allah conceder Su Misericordia en él) una vez oyó estas palabras proferidas por el Profeta (saws): "Ningún sirviente del Señor que guarde el ayuno durante por lo menos un día de Ramadán puede faltarle la posibilidad de casarse con una esposa de entre las novias del Paraíso, esas doncellas son tales con ojos encantadores. La boda tendrá lugar dentro de un pabellón hecho de una sola perla ahuecada. Esto encaja con la descripción dada por Allah:

"hurun maqsuratun fi'l-khiyam"
"De ojos hermosísimos, resguardadas en tiendas" (55:72)

Cada mujer entre ellos se vestirá con setenta artículos de ropa, ningún artículo es igual que otro. A ella se le darán setenta tipos de perfume, ninguno con la misma fragancia que otro. También se les darán setenta tronos como camas levantadas, hechos de un rubí rojo claveteado con perlas. En cada una de estas camas habrá setenta cojines, y encima de cada cojín habrá un dosel. Cada mujer tendrá setenta mil pajes para asistir a sus propias necesidades, así como setenta mil criadas para asistir a las necesidades de su marido. Cada una de estas criadas llevará un plato hecho de oro, conteniendo alguna amable comida preparada, cuyo último pedacito que se encuentre tendrá un sabor delicioso que fue inadvertido en la primera mordedura. A su marido se le darán los obsequios especiales, cuando él se recline en una cama hecha del rubí rojo. Cosas así serán su premio durante todos los días en que él haya guardado el ayuno de Ramadán, realmente aparte de lo que él pueda haber ganado por realizar los hechos caritativos!

Allah (Todopoderoso y Glorioso) nos ha dicho:

"ya ayllu-ha ' lladhina amanu kutiba 'alai-kumu 's-siyamu ka-ma kutiba
'ala 'lladhina min qabli-kum la'alla-kum tattaqun"

"¡Creyentes! Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Quizás así, temáis a Allah" (2:183)

Al Hasan al Basri (ra) una vez dijo:"Cualquiera sea el momento en que escuches a Allah decir: "¡OH Creyentes! (ya ayllu-ha 'lladhina amanu)", debes escuchar cuidadosamente y prestar íntima atención, ya que esas palabras pretenden alertarte, tanto para una mandato a ser obedecido o acerca de una prohibición que no debes infringir".

Ja'far as-Sadiq (ra) dijo:"Las invocaciones tienen el deleitante efecto de disipar lo arduo y dificultoso del obediente servicio".

Nos embarcaremos en un detallado estudio de ese Verso Coránico, comenzando con las palabras de Allah:

1- ya: La vocativa partícula ya (¡O...!) es una interjección exclamatoria, pronunciada por aquél que estaá bien familiarizado ('alim) con la o las personas, cuya atención está buscando atraer. En este caso, él está siendo vocalizado por el Uno que es el Todo Conocedor ('Alim).

2- ayllu: El elemento conector ayyu (OH tu...) es un pronombre (ism), referido a la o las personas reconocidas, para los cuales el llamado está siendo dirigido (al-ma'lim al-munada).

3- ha: En cuanto al sufijo -ha, le añade un íntimo contacto al impacto del llamado requeridor, ya que esta indica una previa y duradera amistad.

4- alladhina: La siguiente palabra, alladhina, la cual se pronuncia 'lladhina en este contexto, es simplemente el plural del pronombre relativo alladhi, que significa "quien".

5- amanu: El especial significado del verbo amanu (verdadero creyente) es el que indica el conocimiento secreto que es compartido por el Uno que está llamando y aquél que está siendo llamado (as-sirr al-ma'lum bi-yad al-Munadi wa 'l-munada). Es como si Él estuviese diciendo: "¡HO él que pertenece a Mi (ya masn huwa li), debido a ese secreto suyo, hacia el cual él es sinceramente devoto con su conciencia (damir), y con el corazón de su ser (lubb)...!". Esto nos lleva a Sus palabras:

"kutiba 'ali-kumu 's-suyamu..."
"Se os ha prescrito el ayuno..."

6- kutiba: Decir que el ayuno ha sido prescrito (kutiba), es lo mismo que decir que éste ha sido impuesto y convertido en un estricto deber religioso obligatorio (furida wa ujiba).

7- 'alai-kumu: Esto significa "por encima de ti" o "por causa de ti". El sufijo arábigo "kum" es un pronombre plural, indicativo de que se ha destinado a más de dos personas. Se pronuncia "kumu" cuando está acompañado de un artículo definitivo "al, as", etc, del cual la vocal inicial se convierte en silencio, como en la frase "'alai-kumu 's-siyamu".

8- 's-siyamu: En términos de gramática árabe, la palabra siyam (ayunar) es un sustantivo plural "masdar", que será usado como el objeto del verbo correspondiente. De esa manera, si se desea decir, en Árabe, que uno ha ayunado durante las horas del día, y que ha permanecido la noche despierto, observando el rezo de la vigilia, utilizará la expresión: "Sumtu siyaman wa qumtu qiyaman": literalmente, "He guardado ayuno ayunando, y me he quedado despierto permaneciendo despierto".

En este ordinario uso del lenguaje Árabe, el significado básico de "siyam" (ayunar) se resume en la palabra "imsak", cesar y desistir; refrenarse o abstenerse. Consideremos las siguientes expresiones idiomáticas:

a) La expresión "samat ar-rih", literalmente: el viento ha ayunado, será usada cuando el viento se ha calmado y cesado de soplar.

b) La expresión "samat al-khalil", literalmente, los caballos han ayunado, será utilizado cuando los animales se han detenido, y tomado un descanso de su viaje.

c) La expresión "sama'n-nahar", literalmente, el día ha ayunado, será utilizada en el momento del mediodía en verano, cuando el sol está en lo mas alto, y la sombra ha desaparecido. Es una referencia al hecho de que el sol ha hecho un stop, cuando alcanza el centro del cielo, interrumpe su progreso por un breve momento. En las palabras de un poeta anónimo: "Hasta, cuando el día guarde ayuno (sama'n-nahar), habiendo alcanzado el punto del mediodía, y la telaraña enhebrada (lu'ab) parezca caer, a la luz del sol de verano...".

d) Cuando refiriéndose a un hombre que ha permanecido en silencio y refrenado el hablar, uno puede decir que ha estado ayunando "sama".

Allah ha utilizado la palabra "sawm" (ayuno), en el sentido de abstenerse de hablar "samt", y Ha dicho:

"Fa-quli in nadhartu li'r-Rahmani sawman
fa-lan ukallima 'l-yawma insiyya"
"Di, (OH, María): He hecho voto de silencio al Compasivo. No voy a hablar, pues, hoy con nadie" (19:26)

En cuanto a su observancia durante el Mes de Ramadán, el Ayuno (as-Sawm), es mantener la abstención (imsak) de ciertas actividades regulares: consumir comida y bebida, realizar actividades sexuales -incluso bajo las formas que en otros tiempos son permisibles de acuerdo a la Sagrada Ley (ash-Shar') - así como también el desistir y refrenarse en cometer pecados.

El Ayunar está prescrito, como Allah ha dicho:

"ka-ma kutiba 'ala 'lladhina min qabli-kum..."
"...al igual que se prescribió a los que os precedieron"... (2:183)

Es decir, para los Profetas (Anbiya') y las demás comunidades (umam), siendo Adam (as), el primero de todos.

Esta interpretación está sostenida por la siguiente Tradición transmitida por 'Abd al-Malik ibn Harun ibn 'Antara en la autoridad de su padre, Harun, quien le dijo a 'Abd al-Malik, que su abuelo, 'Anara, ha dicho:

"Una vez oí decir a 'Ali ibn Abi Talib (ra): "Llegué hasta el Mensajero de Allah (saws) un día, alrededor del mediodía, mientras él estaba dentro de su habitación. Le presenté mis saludos de paz, y el devolvió mi saludo, y dijo: "¡OH, Ali, aquí está Gabriel (as), ofreciéndote sus saludos de paz!". Entonces le dije: "¡La Paz sea contigo y también con él, OH Mensajero de Allah!". Él (saws) dijo: "Ven, siéntate a mi lado", y me moví hacia donde él estaba, y continuó diciendo:

"OH Ali, Gabriel te está hablando. Él está diciendo: "Debes ayunar durante tres días en cada mes. Por el primer día, la recompensa de diez mil años será anotada en tu favor; por el segundo día, la recompensa de treinta mil años; y por el tercer día, la recompensa será por trescientos mil años". "OH Mensajero de Allah", le dije, "¿es esta una recompensa para mi en particular, o para toda la humanidad en general?".

"OH Ali", respondió (saws): "Allah concederá esta recompensa no sólo sobre ti, sino también sobre los que vengan después de ti, siempre que realicen las mismas buenas acciones que tu haces". "OH Mensajero de Allah", le dije, "¿cuáles son estos tres días en cuestión?" En respuesta a mi pregunta, él me dijo (saws): "Son tres conocidos como los "días blancos" (al-ayyam al-bid); es decir, el trece, catorce y quince del mes".

'Antara continuó diciendo: "Entonces le pregunté a Ali (ra): "¿Por qué llamas a estos días los "días blancos?". Ali (ra) me contó la siguiente historia:

"Cuando Allah expulsó a Adam (as) del Jardín del Paraíso, y lo envió a la tierra, estaba tan calcinado por el sol que su cuerpo se volvió tan negro como el color. Gabriel (as) vino hacia él y le dijo: "OH, Adam, ¿desearías que tu piel se vuelva blanca?". Adam respondió: "Si, me gustaría mucho eso", entonces Gabriel le respondió: "En ese caso, debes ayunar el trece, catorce y quince del mes". Adam (as) aceptó el desafío, y comenzó a ayunar el primero de esos días. Tan pronto como hubo terminado, un tercio de su cuerpo se había tornado de color blanco. Luego ayunó el segundo día, y vio que dos tercios de su cuerpo habían tomado ese color. Por ultimo, ayunó el tercer día, después del cual todo su cuerpo hubo cambiado de color". Esto explica por qué son llamados los días "blancos" (al-ayyam al-bid)".

Sobre la base de esta tradicional historia, asumiendo que la aceptamos como genuina y auténtica, está claramente establecido que Adam (as), fue uno de aquellos para quienes el Ayuno fue prescrito (kutiba 's-siyam) antes del tiempo de Muhammad (saws). No obstante, no dejaremos de mencionar una diferente interpretación sostenida por al-Hasan, cuya visión es compartida por un significante grupo de expertos estudiosos en el campo de la Exégesis del Corán (tafsir):

"Cuando Allah habla de "a los que os precedieron"... (2:183), (alladhina min qabli-kum)", Él se refiere específicamente a los Cristianos (an-Nasara). Comparaba su forma de ayuno a la nuestra, en relación a la cercana correspondencia entre ambas, en términos del tiempo que las involucra y la rigurosa extensión de su práctica".

Lo cierto de este asunto, es que Allah impuso el ayunar durante el Mes de Ramadán a los Cristianos, como un deber religioso obligatorio. Esto probó ser demasiado riguroso para ellos desde que este (el mes Lunar de Ramadán) a veces caía en una época de intenso calor, o en otras, de intenso frío. Era a veces un gran inconveniente para ellos ya que interfería con sus planes de viaje, desestabilizando el patrón de su modo de vida diario. Un acuerdo fue alcanzado, por consenso común de sus autoridades religiosas ('ulama) y sus líderes políticos (ru'sa'), sobre una propuesta de preparar el período de ayuno en la época del año entre el invierno y el verano. Habiendo entonces asignado ese período a la primavera, también lo extendieron por diez días mas, como una penitencia (kaffara) para apaciguar lo que habían hecho, de manera que ese período de ayuno se extendió por cuarenta días.

Tiempo después de esto, cierto rey de ellos se lamentaba por una dolorosa dolencia en su boca, por lo que le hizo una propuesta a Allah, prometiéndole agregar una semana a su ayuno (sawm), si lo liberaba de su dolor. Esto resultó en una extensión del período de ayuno. Cuando este rey hubo muerto, fue sucedido por otro, quien finalmente definió asigno a ese periodo dejándolo en cincuenta días.

Fue Mujahid (ra) quien dijo: "Fueron afectados por una plaga mortal, entonces su rey les dijo: "¡Deben agregar mas días a vuestro periodo de ayuno!". Entonces, agregaron diez días al comenzar, y otros diez días al terminar".

Fue ash-Sha'bi (ra) quien dijo: "Incluso si tuviese que ayunar cada uno de los días de un año entero, comenzaría mi ayuno en el día correspondiente sobre el cual no existe ningún elemento de duda, ya que algunos dicen que es el último día de Sha'ban, y otros dicen que es el primer día de Ramadán. Mi razón de ser tan escrupuloso en ese ayuno durante el Mes de Ramadán, es que fue prescrito tanto para los Cristianos como para nosotros, pero ellos lo transfirieron al período de la primavera (Lent). Su pretexto para hacer ese cambio, fue que a veces ese tiempo caía en un momento de intenso calor de verano. Luego vino otra generación después de ellos, y mediante un arreglo entre ellos, ayunaron por un periodo mayor a los treinta días, y por otro periodo luego de estos. Luego la siguiente generación siguió invariablemente este ejemplo, hasta que dejaron asentado ese periodo en un total de cincuenta días".

Bien, entonces el ayunar fue prescrito como Allah ha dicho, a los que nos precedieron:

"la'alla-kun tattaqun"
"Quizás, así temáis a Allah" (2:183)

Es decir, el practicar el desapego de la comida, la bebida y las actividades sexuales.

Los expertos en la Exégesis Coránica (ahl at-tafsir) también nos han proveído la siguiente información histórica de fondo:

"Allah hizo incumbente sobre Su Mensajero Muhammad (saws), y sobre todos los verdaderos creyentes, el ayunar el Día de Ashura y en los tres días de cada mes. El mandato le fue entregado al Profeta (saws) cuando arribó a Medina (durante la Hégira, la Emigración desde Meca). Entonces, realizaron su practica regular de observar estos ayunos, hasta que (en lo que concierne al mandato Coránico) el deber de ayunar en el Mes de Ramadán le fue revelado, un mes y días antes que la Batalla de Badr tuviese lugar".

Allah ha dicho:

"ayyaman ma'dudat"
"(Ayunen) Días Contados" (2:184)

Lo que esto significa es que el Mes de Ramadán puede tener treinta o veintinueve días de duración.

De acuerdo, a la siguiente tradición, Sa'id ibn 'Amr ibn Sa'id ibn al-'As, escuchó una vez a Ibn 'Umar (ra) relatar que el Profeta (saws) dijo:

"Mi Comunidad (Ummati) y yo somos simples compañeros sin mucha educación (ummiyya) formal. No realizamos cálculos elaborados, no llevamos un registro del mes, como eso, aquello o lo otro, para arribar a un total de treinta días".

En Árabe, el mes lunar es llamado "shahr", debido a su naturaleza visible (shuhra). Las palabras shahr y shuhra derivan ambas de la raíz sh-h-r, que conduce a la idea básica de "clara visibilidad". Verbos de la misma raíz, son utilizados en varias expresiones idiomáticas, tal como "shahartu 's-saif" (He desenfundado la espada), y "shahara 'l-hilal" (la luna nueva se ha mostrado).

Autor:Abdul Qadir al Jilani, de su obra Al-Ghunya li-Talibi Tariq al-Haqq.
Fuente: Orden Sufi Yerrahi al Halveti
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