El Asno Roñoso de la Cola Cortada / Mangy Ass with the lopped-off tail

El Islam y la administración de los recursos hídricos

Importancia religiosa del agua
El agua es de profunda importancia en el Is­lam. Se la considera una bendición de Dios que brinda y sustenta la vida, y purifica a la humanidad y la tierra.
La palabra árabe para el agua, ma', aparece sesenta y tres veces en el Corán. El trono de Dios se describe como descansando sobre el agua, y el Paraíso se describe como “Jardines por donde corren ríos”. El Sagrado Corán men­ciona que el agua es una creación preciosa y como tal debe ser valorada y respetada. La ca­lidad de vida que otorga el agua se refleja en el versículo Coránico:
“…el agua que Dios hace descender del cielo y revive con ella la tierra árida”. (2:164)
No sólo el agua da vida, sino que también to­dos los organismos se componen de agua:
“Creamos del agua a todo organismo viviente”. (21:30)
Las personas en general consideran el agua para la higiene y el consumo, pero para los musulmanes, esta tiene una gran importan­cia espiritual y ritual, evidenciada en las ablu­ciones realizadas antes de cada oración. El beneficio de estas oraciones, que constituyen uno de los Cinco Pilares del Islam, fue compa­rado por el Profeta Muhámmad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, con la purifi­cación e higiene que proporciona el agua: “Las cinco oraciones son similares a un río que pasa por tu puerta en la que te bañas cinco veces al día”.

Agua y equidad
El Islam considera que asegurar la equidad dentro de la sociedad es el fundamento de su doctrina. Por eso vemos que los dichos del Pro­feta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fueron un ejemplo de esto, ya sea que se refieran a la preservación de la equidad o concretamente a la modera­ción en la utilización del agua. Por ejemplo: El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que tres personas serán ignoradas por Dios en el día del Juicio Final, y uno de ellos es “un hombre que posea agua de sobra y se la niegue a los viajeros”.
El Corán advierte a los seres humanos acerca de la distribución injusta al afirmar que las ri­quezas del mundo pertenecen a Dios, y que a estas riquezas no deben tener acceso sola­mente los adinerados. El reconocimiento del agua como una fuente vital a cuyo acceso todos tienen igual derecho, tanto ricos como pobres, queda demostrado en las siguientes palabras del Profeta: “Los musulmanes de­ben compartir igualitariamente tres cosas: las pasturas, el agua y la leña”. Aconsejado por el Profeta, uno de sus compañeros, Uzmán, que más tarde se convirtió en el tercer califa mu­sulmán, compró un pozo de agua llamado Ruma a un particular y declaró esas aguas pú­blicas, para que estuviesen al alcance de toda la comunidad.

Derechos del Medioambiente
En el Islam los seres humanos tienen el de­recho básico a beneficiarse de los recursos naturales que Dios creó.
Los juristas musulmanes han hablado res­pecto de este tópico en sus tratados y estable­cieron que las prioridades del uso del agua son:
1. El derecho a saciar la sed.
2. El derecho del ganado a abrevar.
3. El derecho a la irrigación de sembradíos.
Sin embargo, como veremos, el medioam­biente posee derechos, como entidad, claros e inconfundibles en el Islam.
Dios informa a los seres humanos acerca de los derechos de los animales al mencionarlos junto a los seres humanos en el siguiente ver­sículo:
“No hay criatura que camine en la tierra o vuele con sus dos alas que no forme una co­munidad igual que vosotros” (6:38).
No se puede dejar a los animales domésticos morir de sed si las personas tienen suficiente agua para saciar sus necesidades. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: "Existe una recom­pensa (de Dios) para quien ayude a cualquier ser viviente", y dijo "Quien haga un pozo de agua en el desierto... no puede evitar que los animales sacien su sed en él”. El inmenso valor moral atribuido al acto de dar agua a cualquier criatura viviente se refleja en las si­guientes palabras del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Una prosti­tuta fue perdonada por Dios, porque, al pasar junto a un perro que jadeaba de sed junto a un pozo de agua, y al ver que el perro podía morir de sed, se sacó un zapato, y atándolo con un pañuelo sacó agua del pozo para darle de beber. Por ese acto (de misericordia), Dios le perdonó sus pecados”.
El Corán menciona que también la flora tiene derecho al regalo divino del agua:
“Y hemos hecho descender agua del cielo con la cual hacemos brotar toda clase de vegeta­ción, y de ella resulta la cosecha de la cual pro­ducimos granos espigados. Y de los brotes de la palmera hacemos salir racimos de dátiles al alcance de la mano. Y vides, olivos y granados, todos de as­pecto parecido pero de frutos con sa­bores diferentes” (6:99).
“¿Acaso no has reflexiona­do que Dios hace descender el agua del cielo, y luego hace que surja como manantiales en la tierra; y hace brotar con ella cultivos de di­versos colores?” (39:21).
Estos versículos coránicos establecen la idea de que el agua la provee Dios para que todas las formas de vida se beneficien de ella. 

El rol de la Humanidad como Guardiana del Agua (jalifa)
Los seres humanos somos responsables de asegurarnos que los regalos de Dios se pre­serven y sean accesibles para todos los seres
vivos. En el Islam, la interacción con el me­dioambiente está guiada por la noción de que los seres humanos somos los guardianes y protectores (Julafáh), y por lo tanto somos iguales a todos los demás seres vivos, pero tenemos una responsabilidad mayor: pro­teger y preservar el medio ambiente. Para el concepto islámico no somos los amos del pla­neta, sino su amigo y guardián. Dado que en idioma árabe una de las raíces de la palabra Islam es salam, que significa paz y armonía, el estilo de vida islámico supone vivir en paz y armonía con los individuos y la sociedad tan­to como con el medio ambiente.
En la ley islámica, el medio ambiente está protegido por mandatos específicos para no alterar el equilibrio natural a través de la contaminación o actividades que destruyan el entorno. En el Corán, Dios ordena a los creyentes:
“¡No corrompáis la Tierra!” (2:11).
El significado de cor­rupción es muy am­plio y diverso, pero puede ser interpre­tado como alterar el funcionamiento natural o ar­ruinar los recursos naturales. Los eruditos mu­sulmanes ya habían derivado de las fuentes de legislación islámica la aplicación de penas para el mal uso y la contaminación del agua hace más de 1.300 años. Esto abre la puerta al castigo o multa de los contaminadores a tra­vés de la legislación moderna. El Profeta Mu­hámmad muy estrictamente prohibió el acto de orinar o defecar en las fuentes de agua. Esto indica que para la legislación islámica es una falta moral y un crimen verter a los mares, lagos, ríos y fuentes de agua de acceso pú­blico los desechos cloacales sin tratar. Esto es una enseñanza de la tradición profética (la Sunnah), pero lamentablemente muchos musulmanes que dicen profesar un apego li­teral al ejemplo del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus rectos sucesores no consideran esto como algo prio­ritario. 

La conservación del Agua
El Corán afirma con respecto al agua:
1. Que las reservas de agua son limitadas.
2. Que el agua debe utilizarse con mesura y moderación.
El Islam enseña que el agua es limitada y que su utilización debe ser sensata y moderada, ya que el suministro no puede incrementarse in­finitamente. Dios afirmó esto cuando dijo:
“Hacemos descender del cielo el agua en una medida limitada” (23:18).
El Corán menciona que los seres humanos podemos utilizar los regalos de Dios para nuestro sustento con moderación, pero evi­tando el exceso y el derroche:
“Comed y bebed con mesura, porque Dios no ama a los derrochadores” (7:31).
Los dichos proféticos son más específicos. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendi­ciones de Allah sean con él): “Solía realizar la ablución con una medida de agua llamada sa’ (igual a dos tercios de litro), y solía tomar un baño con cinco medidas sa’ (igual a dos litros y medio)”. Alguien podría pensar que esto se debía a que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vivía en tierras áridas, sin embargo, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) prohibió el desperdicio hasta en condiciones de abundancia cuando dijo: “No derrochen agua ni siquiera al realizar la ablución en las orillas de un río”. 

Principios sobre el ma­nejo del agua
Algunos de los principios sobre el manejo del agua en el Islam son: el agua como bien so­cial; el manejo de la demanda del agua; y el manejo integrado de los recursos acuíferos. El objetivo fundamental de estos tres principios es asegurar la equidad. 

El agua como bien social
- El acceso al agua es primero que todo un bien público y social en el Islam, ya que es un regalo de Dios.
- El agua pertenece a la comunidad en su conjunto; ningún individuo puede poseer el recurso del agua como monopolio.
- La primera prioridad sobre el uso del agua es el acceso al agua potable en una cantidad y calidad aceptables para el consumo humano, y cada individuo tiene derecho a cubrir con ella sus necesidades bá­sicas.
- La segunda y tercer prioridad para el agua son el sustento de animales domésticos e ir­rigación.
- La humanidad es la guardiana del agua en la Tierra.
- En el medio ambiente, la flora y la fauna poseen un fuerte y legítimo derecho al agua y es vital protegerlos para proteger el me­dioambiente. Los individuos, organizaciones y Estados son responsables del daño que cau­san al medioambiente o a los derechos de su prójimo sobre el ambiente, incluidos el uso del agua.
- Los recursos acuíferos deben ser utiliza­dos de manera racional y sostenible para evitar su agotamiento.
- El manejo sostenible y equitativo del agua depende de seguir valores universales como la justicia, la equidad y el respeto al prójimo. 

Manejo de la demanda del agua
- La conservación del agua es central para el Islam. Las mezquitas, instituciones y escuelas religiosas deberían comprometerse con la di­fusión de este principio y complementar otros esfuerzos educativos.
- Está permitido en el Islam la reutilización del agua residual; sin embargo, el agua debe tener un nivel requerido de tratamiento para asegurar la pureza y salubridad necesaria para el propósito que se utilice.
- Está permitida la comercialización y grava­men completo del saneamiento: es decir, el costo completo del tratamiento, almacena­miento y distribución del agua, así como tam­bién el costo de la recolección del agua resi­dual, tratamiento y disposición. Sin embargo, el precio del agua debe ser razonable así como también su saneamiento debe ser eficiente.
- La privatización del servicio de distribución del agua esta permitida en el Islam, pero el Estado tiene el deber de asegu­rar la inexistencia del monopolio, y un precio y servicio justo. 

Manejo integral de los recursos hídricos
- El manejo del agua requiere utilizar el concepto de asamblea o consulta (shura) con todos los interesados y beneficiarios.
- Todos los miembros de la comunidad, hombres y mujeres, pueden jugar un rol efec­tivo en el manejo del agua y deben ser alenta­dos a hacerlo.
- Las comunidades deben ser proactivas para asegurar el acceso equitativo a los recursos acuíferos.
- Todas las naciones tiene la obligación de compartir el agua de manera justa con otros estados o naciones.
- El manejo integrado del agua es una herra­mienta necesaria para el balance de la equidad entre todos los pueblos y sectores sociales.


Autor: Muhammad Isa García
Revisado por: Moammar Derman
Fuente: http://luzdelislam.com/yumada1.pdf

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