El Asno Roñoso de la Cola Cortada / Mangy Ass with the lopped-off tail
Incluso los Mejores Meditadores Tienen Viejas Heridas que Curar
Para la mayoría de la gente la práctica de la meditación no "sirve para todo". En el mejor de los casos, es una pieza importante de un camino complejo de apertura y despertar.
En la vida espiritual veo gran importancia en poner atención a nuestro lado de la sombra, aquellos aspectos de nosotros mismos y de nuestra práctica de los que hemos permanecido inconscientes. Como maestro de la práctica mental budista conocida como Vipassana, tengo lógicamente una firme creencia en el valor de la meditación. Los retiros intensivos pueden ayudarnos a disolver nuestra ilusión de separación y puedan aportar introspecciones atractivas y ciertos tipos de curación profunda.
Sin embargo, la práctica intensiva de la meditación tiene sus limitaciones. Al hablar acerca de estas limitaciones, quiero hablar no teóricamente,sino directamente desde mi propia experiencia y desde mi corazón.
Algunas personas han llegado a la meditación después de trabajar con psicoterapia tradicional. Aunque encontraron que la terapia tenía su valor, sus limitaciones les llevaron a buscar una práctica espiritual. Para mí fue lo contrario. Mientras me beneficiaba enormemente de la formación que me ofrecieron en los monasterios de Tailandia y Birmania donde practiqué, me di cuenta de dos cosas sorprendentes. En primer lugar, había grandes áreas de dificultad en mi vida, como la soledad, las relaciones de pareja, el trabajo, las heridas de la infancia y patrones de miedo, que ni siquiera la meditación muy profunda tocaron. En segundo lugar, entre las varias docenas de monjes occidentales (y gran cantidad de meditadores asiáticos) que conocí durante mi estancia en Asia, con unas pocas excepciones notables, la mayoría no fueron ayudados por la meditación en grandes áreas de sus vidas. Muchos estaban profundamente heridos, neuróticos, asustados, apenados, y a menudo utilizaban la práctica espiritual para ocultar y evitar partes problemáticas de sí mismos.
Al regresar a Occidente para estudiar psicología clínica y luego empezar a enseñar meditación, observé un fenómeno similar. Al menos la mitad de los estudiantes que venían a los retiros de tres meses no podía hacer las prácticas sencillas de "atención básica" porque tenían una gran cantidad de asuntos pendientes del pasado, heridas, miedo y dolor sin resolver. También tuve la oportunidad de observar al grupo más exitoso de meditadores - incluidos los estudiantes experimentados de Zen y de budismo tibetano - que había desarrollado un fuerte samadhi y un conocimiento profundo en la impermanencia y la falta de egoísmo. Incluso después de muchos retiros intensivos, la mayoría de los meditadores continuó experimentando grandes dificultades y áreas significativas de apego e inconsciencia en sus vidas, incluyendo miedo, dificultad con el trabajo, heridas por relaciones personales y cerrazón de corazones. Se mantenían preguntándose cómo vivir el Dharma y volviendo a retiros de meditación buscando ayuda y curación. Pero la práctica de sentarse por sí misma, con su énfasis en la concentración y el desapego, a menudo les proporcionaba una forma de ocultar, una manera de separar realmente la mente de otras áreas difíciles de su corazón y su cuerpo.
Estos problemas existen también para la mayoría de profesores de Vipassana. Muchos de nosotros hemos llevado vidas muy desintegradas, e incluso después de una práctica profunda y de "experiencias de iluminación" iniciales, nuestra práctica sentada ha dejado inconscientes, temerosas o desconectadas grandes áreas de nuestro ser. Muchos profesores estadounidenses de Vipassana están actualmente, o han estado recientemente, en psicoterapia a fin de abordar estas cuestiones.
Cabe señalar también que una mayoría de los 20 ó más centros más grandes de práctica tibetana, hindú, vipassana y zen en América ha sufrido grandes convulsiones, centradas en los propios profesores (tanto en Asia como en Occidente), relacionadas con problemas de poder, sexo, honestidad y adicciones. Algo está pidiendo ser observado aquí. Si queremos encontrar verdadera liberación y compasión de las que poder aprender.
Algunas conclusiones útiles para nuestra práctica
1. Para la mayoría de las personas, la práctica de la meditación no "sirve para todo". En el mejor de los casos, es una pieza importante de un camino complejo de apertura y despertar. Solía creer que la meditación conducía a las verdades más elevadas, más universales, y que la psicología, la personalidad y nuestras propios "pequeños dramas" eran un reino independiente, inferior. Deseo que funcione así, pero la experiencia y la naturaleza no-dual de la realidad no lo confirman. Si queremos acabar con el sufrimiento y llegar a la libertad final, no podemos mantener separardos estos dos niveles de nuestras vidas.
2. Los diversos compartimentos de nuestras mentes y cuerpos sólo son semipermeables a la conciencia. La conciencia de ciertos aspectos no conlleva automáticamente la de otros, especialmente cuando nuestro miedo y las heridas son profundas. Esto es cierto para todos nosotros, tanto maestros como estudiantes. Así, con frecuencia nos encontramos meditadores que son profundamente conscientes de la respiración o del cuerpo pero son casi totalmente inconscientes de los sentimientos, y otros que comprenden la mente pero no tienen una relación adecuada con el cuerpo.
La consciencia sólo funciona si estamos dispuestos a dirigir la atención a cada área de nuestro sufrimiento. Esto no significa quedar atrapado en nuestras historias personales, como muchos temen, sino aprender a ocuparse de ellas para que realmente nos podamos liberar de los grandes y dolorosos "bloqueos" de nuestro pasado. Esa labor de curación se realiza a menudo mejor en una relación terapéutica con otra persona.
3. La meditación y la práctica espiritual pueden ser utilizadas fácilmente para suprimir y evitar sentimientos o para escapar de áreas difíciles de nuestras vidas. Nuestros dolores son duros al tacto. Muchas personas resisten las raíces personales y psicológicas de su sufrimiento; es tan doloroso experimentar realmente nuestros cuerpos, nuestras historias personales, nuestras limitaciones. Incluso puede ser más difícil que enfrentar el sufrimiento universal que aflora al mantenerse sentado. Tememos el sufrimiento personal y su tristeza porque no hemos aprendido cómo puede servir para nuestra práctica y abrir nuestros corazones.
Tenemos que mirar nuestra vida entera y preguntarnos a nosotros mismos. ¿"Dónde estoy despierto, y qué estoy evitando? ¿Utilizo mi práctica para ocultar? ¿En qué áreas soy consciente, y dónde estoy temeroso, atrapado o falto de libertad?"
4. Hay muchas áreas de crecimiento (dolor y otros asuntos pendientes, comunicación y maduración de las relaciones, la sexualidad y la intimidad, cuestiones profesionales y laborales, ciertos miedos y fobias, heridas precoces, y más) en que una buena terapia occidental es en conjunto mucho más rápida y de más éxito que la meditación. Estos aspectos cruciales de nuestro ser simplemente no pueden ser descritos como "cosas de la personalidad." Freud dijo que quería ayudar a la gente a amar y trabajar. Si no podemos amar bien y aportar una labor significativa a la tierra, entonces, ¿para qué sirve nuestra práctica espiritual? La meditación puede ayudar en estas áreas. Pero si, después de estar sentado un rato, descubre que aún tiene trabajo por hacer, encuentre un buen terapeuta o alguna otra manera para abordar eficazmente estas cuestiones.
Por supuesto, hay muchos terapeutas mediocres y muchos tipos limitados de terapia. Al igual que en la meditación, debe buscar lo mejor. Más allá de las psicoterapias tradicionales de la década de los '40 y los '50, han surgido muchas terapias nuevas con una sólida base espiritual, como la psicosíntesis. Trabajo de respiración reichiano, juegos de arena y toda la variedad de psicologías transpersonales. La mejor terapia, como la mejor práctica de meditación, utiliza la conciencia para curar al corazón y no se ocupa tanto de nuestras historias, como del miedo y el apego y su liberación, aportando claridad a áreas de ilusión, apego y sufrimiento innecesario. A veces, uno puede encontrar las realizaciones más profundas de ausencia de egoísmo y desapego a través de algunos de los métodos de la psicología transpersonal.
5. ¿Significa esto que debamos cambiar la meditación por la psicoterapia? En absoluto. La terapia tampoco es la solución. ¡La consciencia lo es! Y la consciencia crece en espiral. Si busca libertad, lo más importante que puedo decirles es que la práctica espiritual siempre se desarrolla en ciclos. Hay épocas de interiorización en que el silencio es necesario, seguido por épocas de exteriorización para vivir e integrar las realizaciones silenciosas, así como épocas para obtener ayuda de una relación profunda y terapéutica con otra persona. Son fases de la práctica igualmente importantes. No es una cuestión de primero desarrollar el ego y, a continuación, soltarlo. Ambas fases avanzan juntas siempre. Cualquier periodo de práctica puede incluir samadhi y quietud, seguido por nuevos niveles de experimentar las heridas y la historia familiar, seguido por grandes liberaciones, seguido por más problemas personales. Es posible trabajar con todos estos niveles en el contexto de una práctica espiritual. Lo que se necesita es la valentía para hacer frente a la totalidad de lo que aflora. Sólo entonces podemos encontrar la curación profunda que buscamos - para nosotros y para nuestro planeta.
En resumen, tenemos que ampliar nuestro concepto de práctica para incluir toda la vida. Como las imágenes de pastoreo del buey del Zen, el viaje espiritual nos adentra profundamente en el bosque y nos retrocede al mercado una y otra vez, hasta que somos capaces de encontrar la compasión y la salida segura de corazón en cada ámbito.
Autor: Jack Kornfield
Traducción: Dr. 'Abdel'alim Lara.
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Psicología transpersonal,
Psicología/Espiritualidad
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