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La doctrina y la práctica del Dhikr (II): La práctica del dhikr


Quienes crean, aquellos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Allah -¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Allah?-, (Sura Ar-Ra’d, 13:28)





La práctica del dhikr (II)

El dhikr es una práctica muy bendecida, ensalzada en el Corán y en los hadices[1]
Que Allah nos ayude para obtener satisfacción en nuestros corazones a través de rememorarLe.
El Imam Nawâwî escribió[2]: “Todos los sabios del Islam están de acuerdo en la aceptación y la permisividad del Dhikr con el corazón y con la lengua, para los hombres y mujeres adultos, para los niños, para el que ha hecho la ablución y para el que no la ha hecho; incluso para la mujer durante su menstruación. Además, el dhikr está permitido por todos los sabios en la forma de tasbih, tahmid, takbir y alabanzas y súplicas para el Profeta (s).

Sin límites para hacer dhikr
Ibn ‘Abbas (r) dijo: “Allah, Todopoderoso y Exaltado, puso un límite en todas las obligaciones que ordenó a los seres humanos excepto en el dhikr. Para él no hay límite.”
Algunos critican a los que siguen la vía sufí por hacer demasiado dhikr, sin embargo queda claro por lo que dejó dicho Ibn Abbas que no existe límites para el dhikr.
Hay más dichos de Ibn Abbas a este respecto:
“Ali b. Abi Talha relató que Ibn Abbas decía, “Todas las obligaciones impuestas a los hombres por Allah están claramente delimitadas y una entre ellas está exenta en presencia de una causa genuina. La única excepción es la obligación del dhikr. Allah no ha fijado límites específicos para él, y bajo ninguna circunstancia está permitido ser negligente con él. Se nos ha mandado ‘recordar a Allah de pie, sentados, y acostados de lado’[3], por la mañana, durante el día, en tierra firme o en alta mar, de viaje o en casa, en la pobreza y en la prosperidad, en la salud y en la enfermedad, abierta o reservadamente, y, de hecho, en todo momento a lo largo de la vida y en todas las circunstancias.”[4]
A Ibn al-Salâh (r) se le preguntó sobre el criterio por el cual el siervo está considerado entre los que recuerdan mucho a Allah. Respondió: “Si persevera en hacer (las formas de) dhikr transmitido (en la Sunna) por la mañana y al anochecer (y) en los diversos momentos (del día), entonces es de los que recuerdan mucho a Allah.”
Musa dijo: “ ¡Oh, Señor! ¿Estás cerca, para que pueda hablarte íntimamente, o estás lejos, de manera que tengo que llamarte en voz alta?” Allah le inspiró: “Estoy sentado al lado de quien Me recuerda.” Dijo: “Oh Señor, a veces estamos en estado de impureza mayor (janâba) y Te exaltamos por recordatorio o por miedo a recordarTe.” Él respondió: “Recordadme en cualquier estado.”[5]
El imâm Ahmad Ibn Hanbal escribió en su libro titulado “El ascetismo”: “Husayn Ibn Mamad, según al-Mas’ûdî, que lo sabía del emir Ibn Shaqîq, el cual lo oyó de Abi Wa’il, lo siguiente: ‘Los que pretenden que ‘Abd Allah prohibía el dhikr, mantienen una falsedad. Nunca me reuní con Ibn Mas’ûd que no lo oyera invocar a Allah’.”[6]

La postura y el movimiento durante el dhikr

En el Corán queda establecido:
Aquellos que recuerdan a Allah mientras están de pie, sentados, y acostados de lado …”(Corán, 3:191)
Lo que significa que la postura no es importante a la hora de hacer dhikr –de pie, sentado o tumbado-, probablemente cualquier postura sea válida si nos basamos en lo dicho más arriba: hay que hacer dhikr en cualquier momento, en cualquier estado y en cualquier circunstancia de la vida.
El movimiento que puede acompañar al dhikr es apreciado porque estimula el cuerpo en el cumplimiento del ritual de la invocación. Está legalmente permitido. La prueba fue dada por el imâm Ahmad en su musnid y por al-Hâfiz al-Muqaddasî, según un testimonio de Anas: “Los abisinios danzaban delante del Enviado de Allah (s.) pronunciando con su lengua:
-Muhammad es un servidor virtuoso (de Allah).
-¿Qué dicen?-preguntó el Profeta (s.)
-Dicen: Muhammad es un servidor virtuoso (de Allah).”
Cuando el Profeta (s.) los vió en ese estado, no desaprobó sus cantos en movimiento. Al contrario, los dejó que continuaran con ellos.<!--[if !supportFootnotes]-->[7]<!--[endif]-->
El imâm ‘Alî, al describir a los Compañeros del Profeta (s.), dijo, según testimonio de Abû Arâkat: “Bismillah; he visto a los Compañeros del Profeta (s.) y no veo hoy nada que se les pueda comparar: terminaban la noche, con el rostro pálido, las cabellos desgreñados y el cuerpo cubierto de polvo. Se arrepentían a Allah, en estado de postración (suyud) o de pie o leyendo el Libro de Allah. Por la mañana temprano, invocaban a Allah balanceándose como se balancea un árbol en un día de fuerte viento. Sus ojos se llenaban de lágrimas hasta mojar sus vestidos.”<!--[if !supportFootnotes]-->[8]<!--[endif]-->
En sus escritos el sheik ‘Abd al-Ghanî an-Nâbulusî se basaba en este acontecimiento para declarar que el movimiento durante el dhikr es recomendado; dijo que era evidente que los Compañeros del Profeta (s.) se balanceaban con fuerza durante el dhikr.
Por lo tanto, no se le puede reprochar nada a alguien que se mueva, se levante o se siente o que adopte cualquier otra posición mientras hace dhikr.<!--[if !supportFootnotes]-->[9]<!--[endif]-->
Al imâm al-Junayd se le preguntó sobre este tema: “¿Hay gente que se reúne y en grupo balancean sus cuerpos?” Respondió: “Dejadlos expresar su gozo con Allah. Son gente cuyo avance hacia Allah les ha cizallado las entrañas y cuya pena sufrida ha desgarrado su corazón (impaciente por reunirse con su Señor). Se sofocan un poco. Tampoco hay ningún inconveniente si retoman su aliento para apaciguar su estado. Si hubieras degustado lo que ellos han degustado, seguro que los excusarías …”<!--[if !supportFootnotes]-->[10]<!--[endif]-->
En la misma línea de pensamiento mencionada por el imâm al-Junaydî, el sabio ilustre Ibn Kamâl Pacha respondió a una cuestión concerniente a este tema, citando estos dos versos:
"No hay ningún mal en experimentar estados espirituales intensos, cuando estás seguro que se trata de eso"; y
"No hay ningún mal en el balanceo si es puramente (la expresión del amor de) Allah."<!--[if !supportFootnotes]-->[11]<!--[endif]-->
El muftî de los shâfi’itas en La Meca, el gran erudito Ahmad Zaynî Dahlân ha descrito, en su célebre libro sobre la sîra del Profeta (s.)<!--[if !supportFootnotes]-->[12]<!--[endif]-->, una escena de estos estados. Comentando el hecho, dijo: “Después de la toma de Khaybar, Ja’far Ibn Abî Tâlib había vuelto de Abisinia, acompañado por veintiséis musulmanes que vivían con él. Se encontró con el Profeta (s.), besó su frente y le dio un abrazo. El Enviado de Allah (s.) se levantó, por respeto, para ir hacia él. Hizo lo mismo a la llegada de Safwân Ibn Ummiyya y de ‘Adî Ibn Hâtim. Dijo a continuación: ‘No sé lo que me hace feliz: si la toma de Khaybar o la llegada de Ja’far’. Dijo a Ja’far: ‘Te me pareces en el físico y en el carácter’. Tras estas palabras, Ja’far se puso a bailar para saborear ese momento. El Profeta (s.) no lo desaprobó. La ‘danza’ de los sufíes se basa en este acontecimiento. Es lo que ellos hacen cada vez que tienen una sensación que saborear en su amor apasionado cuando se reúnen para invocar a Allah.”
También Al-Ghazâlî (r)<!--[if !supportFootnotes]-->[13]<!--[endif]--> avala la licitud de la sama’ (concierto espiritual sufí), “excluyendo de su práctica a quienes no están maduros para ella, a impuros e impresionables, a los que rasgan sus vestiduras y son incapaces de dominar sus manifestaciones histéricas.”
En conclusión, el objetivo del musulmán al incorporarse a un círculo de dhikr consiste en adorar a Allah a través de sus invocaciones; la oscilación del cuerpo no es una condición, sino un medio para dinamizar su culto y acentuar su amor ardiente, en la medida en que su intención es pura.

Tipos de dhikr: dhikr silencioso y dhikr en voz alta

Existen dos tipos de dhikr: el dhikr jali, que se recita en voz alta (audible), y el dhikr khafi, que se realiza en voz baja o mentalmente (silencioso).
El Profeta (s.) alentaba a la gente a realizar ambos tipos de dhikr. Entre los sabios de la shari’ah y los sheiks sufíes, algunos prefieren el dhikr audible y otros el dhikr silencioso. Sin embargo, parece haber mayor preferencia por el dhikr en voz alta, siempre y cuando esté desprovisto de ostentación, y no se moleste con él a los que hacen la plegaria (p.e. en las mezquitas), a los que leen el Corán o incluso a los que duermen (cerca del invocador).
Veremos una serie de hadices en los que se sustentan estas prácticas invocatorias.
Hay dos aleyas de la azora al-Araf del Corán que se refieren específicamente a esta cuestión:
Invocad a vuestro Señor con humildad y discreción; es cierto que Él no ama a los que se exceden” (Corán, 7:55)
Recuerda a tu Señor en ti mismo, con humildad y temor, sin subir la voz …” (Corán, 7:205)
La primera azora, según algunos autores<!--[if !supportFootnotes]-->[14]<!--[endif]-->, se referiría más bien a la práctica de la súplica (du’a) y no al dhikr propiamente dicho, cosa que se corrobora en esta otra aleya, “Cuando invocó a su Señor en secreto” (Corán, 19:3)
De las dos azoras anteriores parece deducirse la recomendación de invocar y recordar al Señor con discreción, en voz baja; así es como lo interpreta Jalâl ad-Dîn as-Suyutî: “Invoca a tu Señor en tu alma –es decir, en secreto- con humildad y temor de Él, o con un tono de voz que no sea ni silencioso ni claro y distintivo –dicho de otro modo, de un nivel intermedio-…<!--[if !supportFootnotes]-->[15]<!--[endif]-->.
La segunda azora, ciertos autores, la relacionan con la del viaje nocturno revelada en La Meca (v. más abajo), donde recomienda: “Y no subas la voz en tu oración ni la silencies sino que busca un camino intermedio.” (Corán, 17:110)

El gran sabio Jalâl ad-Dîn as-Suyutî reunió 25 hadices sobre este tema<!--[if !supportFootnotes]-->[16]<!--[endif]-->, y en su presentación dice: “Alabanzas a Allah y que dé Su paz a Sus servidores elegidos. Me has preguntado sobre lo que los sufíes tenían costumbre de hacer en sus reuniones en círculo en las mezquitas para invocar a Allah en voz alta. Me has pedido si alzar la voz en tahlil<!--[if !supportFootnotes]-->[17]<!--[endif]--> está desaconsejado (makruh) o no.” La respuesta fue: “No hay nada desaconsejable en todo esto. Hay hadices que recomiendan alzar la voz en el dhikr. Existen otros que recomiendan de hacerlo en silencio. Pasar de uno a otro depende de las situaciones en que uno se encuentra y de las personas que lo realizan. Aquí te adjunto los detalles a este propósito.”
A continuación enumera los hadices que apoyan uno y otro procedimientos, y luego continúa: “Si reflexionas sobre lo que nos ha sido legado en materia de hadices, sabrás que en su conjunto no hay absolutamente nada detestable en invocar a Allah en voz alta, al contrario, tal como algunos de ellos lo recomiendan, ya sea de forma clara o por deducción.
En cuanto a los que desaconsejan el dhikr en voz alta, apoyándose en el hadiz que dice ‘el mejor dhikr es el que se hace discretamente’, en cambio para la recitación del Corán lo hacen en voz alta, pues hay un hadiz que dice ‘quien lee discretamente el Corán es como quien da limosna discretamente’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[18]<!--[endif]-->
El sabio at-Tahtâwî dijo a propósito de esta polémica: “Hay divergencia sobre este tema: ¿Es preferible la discreción en el dhikr? La respuesta es sí, porque numerosos hadices lo atestiguan, entre ellos el que dice ‘El mejor de los dhikr es el discreto y la mejor subsistencia es la que basta’. Porque la obra discreta es más profunda a nivel de sinceridad y más cercana de la respuesta de Allah.
Otros dicen: al contrario, es preferible el dhikr en voz alta. Numerosos hadices lo justifican, entre los cuales el de Ibn az-Zubayr que dice, ‘El Enviado de Allah (s), después del taslîm final de la plegaria, decía en voz alta: No hay otro dios que Allah Único sin asociado, Suyo es el Reino, Suya es la alabanza; en todo es Omnipotente; no existe fuerza ni poder si no es por Allah….
El Enviado de Allah (s) ordenaba a quien recitaba Corán en la mezquita, alzar la voz para que se oyera su lectura. Por su parte, Ibn ‘Umar pedía que le leyeran Corán en voz alta para que lo oyeran todos los que le rodeaban. Esto porque este procedimiento es más eficiente y predispone mejor a la reflexión. Es tan útil que despierta el corazón de los despreocupados.
De hecho, uno y otro procedimientos dependen de las personas en cuestión y de los estados de su alma. Así, para quien teme dejarse llevar por la duplicidad o provocar prejuicios a alguien, es más razonable el dhikr silencioso. En caso contrario, la preferencia será para el dhikr en voz alta.”<!--[if !supportFootnotes]-->[19]<!--[endif]-->
El imâm Nawâwî ha conciliado las dos posturas diciendo: la discreción es preferible por temor a la duplicidad, o la molestia que podría ocasionar a los que rezan o duermen. En cambio, el dhikr de Allah en voz alta es mejor fuera de estas circunstancias pues produce más efecto en los invocadores y, además, es de provecho para los que lo escuchan. Además, este método mantiene en vigilia al invocador. Éste concentra su pensamiento en el dhikr y pone el oído atento para captar su sentido.<!--[if !supportFootnotes]-->[20]<!--[endif]-->
Musa dijo: “ ¡Oh, Señor! ¿Estás cerca, para que pueda hablarte íntimamente, o estás lejos, de manera que tengo que llamarte en voz alta?” Allah le inspiró: “Estoy sentado al lado de quien Me recuerda.”<!--[if !supportFootnotes]-->[21]

Dhikr silencioso

Allah menciona en la sura Al-A’raf: “Y recuerda a tu Señor en ti mismo con humildad y temor, sin alzar la voz, al comenzar y al terminar el día. Y no seas de los negligentes.<!--[if !supportFootnotes]-->[22]<!--[endif]-->
Este versículo tiene varias consideraciones. La primera consideración es que esta sura fue revelada en La Meca, al igual que la sura del viaje nocturno (al-Isrá): “Di: Llamad a Allah o llamad al Misericordioso, como quiera que Le invoquéis, El tiene los nombres más hermosos. Y no subas la voz en tu oración ni la silencies sino que busca un camino intermedio.<!--[if !supportFootnotes]-->[23]<!--[endif]--> Esta aleya fue revelada cuando el Profeta (s.) mientras recitaba el Corán en voz alta durante el salat, era escuchado por los asociadores que insultaban al Corán y a Allah; por ello Allah ordenó bajar la voz para eliminar cualquier pretexto que justificara los insultos.<!--[if !supportFootnotes]-->[24]<!--[endif]-->También se dice que descendió en relación a la oración de súplica. Y también, que se refiere a las oraciones preceptivas que se dicen en silencio y las que se dicen en voz alta. Y también que se refiere a no subir la voz demasiado en la oración para evitar la ostentación ante la gente ni silenciarla por miedo a ellos.<!--[if !supportFootnotes]-->[25]<!--[endif]-->
La segunda consideración es que un grupo de comentadores del Corán, entre ellos ‘Abd ar-Rahmân Ibn Zayd Ibn Aslam<!--[if !supportFootnotes]-->[26]<!--[endif]-->, han entendido que en esta aleya se trata del lector del Corán, a quien Allah le presenta el dhikr (por la recitación del Corán) en voz baja con el designio de magnificar el Libro de Allah. Esta interpretación viene reforzada por estar esta aleya a continuación y por tanto en relación con la inmediata precedente: “Y mientras el Corán se esté recitando, prestad atención y callad, tal vez obtengáis misericordia.<!--[if !supportFootnotes]-->[27]<!--[endif]-->
La tercera consideración: Los sufíes dicen que esta aleya concierne en particular al Profeta (s.) que es perfecto. En los demás el dhikr silencioso puede ser alterado por las sugestiones de Satán y por pensamientos perniciosos.
El sheik Amin al-Kurdi dejó escrito<!--[if !supportFootnotes]-->[28]<!--[endif]-->: “El dhikr con la lengua, que combina sonidos y letras, no es fácil de realizar en todo momento, porque hay actividades como comprar y vender que distraen la atención del dhikr. Lo contrario es cierto para el dhikr del corazón, que se llama así por estar libre de letras y sonidos. De esta forma nada lo distrae a uno de su dhikr.” Por este motivo los maestros de la tariqat Naqshbandi han elegido el dhikr del corazón.
El Imâm Ahmad contaba que “Abu Huraira refirió que el Profeta (s) decía que Allah dice, ‘Yo estoy con mi siervo cuando Me recuerda y su recuerdo de Mí hace mover sus labios’.” Comentando esta hadiz, el imâm Nawâwî (r) decía, “Allah está con quien Le recuerda y Le llama con su corazón, y Le llama con su lengua, pero debemos comprender que el dhikr del corazón es más perfecto. Y esto significa que el recordador hace dhikr de la lengua para reflejar la ocurrencia del dhikr en su corazón. Cuando el amor de Allah y Su Recuerdo inundan el corazón y el espíritu esa persona se lleva bien con Él, sentándose en Su Presencia.”

Al-Bayhâqî contó que según ‘A’isha (r): “Allah favorece dhikr sobre dhikr hasta setenta veces (queriendo decir, el dhikr silencioso sobre el dhikr audible). El Día de la Resurrección, Allah devolverá los seres humanos a Su recuento, y los Ángeles Registradores llevarán lo que hayan registrado y escrito, y Allah Todopoderoso dirá: ‘Mirad si algo que pertenezca a mi siervo ha sido olvidado’. Los ángeles dirán:’No hemos olvidado nada de lo que concierne a lo que hemos aprendido y registrado, salvo que lo hemos valorado y escrito’. Allah dirá:’Oh, siervo mío, tengo algo bueno de ti, sólo por lo cual voy a recompensarte, se trata de tu recuerdo escondido de Mí’.”
Bayhaqi también contó que según ‘A’isha: “El dhikr que no es oído por los Ángeles Registradores equivale a setenta veces al que oyen.”


Dhikr en voz alta

Que el dhikr y el du’a no se aconseje hacerlos en voz alta, no debe tomarse al pie de la letra.

El imâm an-Nawâwî escribió en sus fatawâs: “El tono elevado en el dhikr si no causa ningún malestar es legal y recomendado. Más aún, es mejor que el dhikr secreto, según la escuela shâfi’ita. Esta valoración es igual de clara en la escuela del imâm Ahmad. Y también según dos versiones del imâm Mâlik, referidas por al-Hâfiz ibn Hajr en su obra ‘Fath al-Bârî’.”


Esto es también lo que piensa al-Qâdîkhân en sus fatawâs relativas a las diferentes maneras de recitar el Corán. En el capítulo dedicado al lavado del cadáver, dice: “Es detestable elevar la voz en el dhikr”. Pero, es evidente que aquí se trata de quien acompaña al cortejo fúnebre. También es éste el punto de vista de la escuela shâfi’ita, aunque no de forma absoluta.<!--[if !supportFootnotes]-->[29]<!--[endif]-->


Al-Alûsi también dijo: “Algunos grandes sabios han explicado el tono elevado, refiriéndose a un tono exageradamente elevado, por encima de lo necesario. Así pues, según la necesidad, el tono debe ser moderado. [Cosa que concuerda con la moderación general recomendada en todas las prácticas islámicas] Ahora bien, en caso de necesidad, la voz elevada entra en el cuadro de prescripciones imperativas. Más de veinte hadices autentifican el hecho de que el Enviado de Allah (s) elevaba la voz en el dhikr en varias ocasiones. Esto también está autentificado por Abû az-Zubayr, que oyó a ‘Abd Allah Ibn az-Zubayr decir: ‘El Profeta (s) después de los saludos al final de la plegaria decía en voz alta: “No hay otro dios que Allah, único y sin asociado, a Él pertenece el Reino y a Él pertenece la alabanza; Él es Omnipotente en todo. No hay fuerza ni poder sino es por Allah. Sólo a Él adoramos. Para Él son todos los beneficios y para Él todos los méritos”.<!--[if !supportFootnotes]-->[30]<!--[endif]-->


Bukhari contaba que Abu Huraira (r) refirió que el Profeta (s) dijo, “Si Mi siervo Me menciona en sí mismo, Yo le mencionaré en Mí mismo. Si Me menciona en un grupo, Yo le mencionaré en un grupo en Mi presencia.” Entendemos de este hadiz que mencionar a Allah en un grupo indica el dhikr en voz alta. Algunos sabios, a partir de este hadiz, han determinado que el uso del dhikr en voz alta está permitido.

Bukhari cuenta en su libro de hadices que Ibn ‘Abbas (r) decía, “En tiempos del Profeta (s) la gente acostumbraba a alzar la voz al hacer dhikr.”

También Bukhari cuenta que Abu Ma’bad (r), el esclavo liberado de Ibn ‘Abbas (r), decía: “Ibn ‘Abbas me dijo, ‘En tiempos del Profeta (s) era costumbre celebrar las alabanzas a Allah en voz alta después de las plegarias obligatorias colectivas’.” Ibn ‘Abbas (r) continúa, “Cuando oía el dhikr, sabía que la plegaria colectiva había acabado.”


Según otros recopiladores de hadices<!--[if !supportFootnotes]-->[31]<!--[endif]-->, as-Sa’ib (r) contaba que el Profeta (s) dijo, “Gabriel vino a mí y me ordenó que ordenara a mis Compañeros que elevaran sus voces en el takbir.”


‘Ali bin Abi Talib (r) dijo, “Una vez le pregunté al Profeta (s), ‘Oh, Mensajero de Allah, guíame por el camino más corto a la Presencia de Allah, y la manera más fácil para adorar, y la mejor manera para Allah, el Todopoderoso y el Ensalzado’. El Profeta (s) dijo, ‘Oh, ‘Ali, tienes que hacer dhikr continuamente, en silencio y en voz alta’. Yo repliqué, ‘Oh, Profeta (s), todos los seres humanos hacen dhikr. Dame algo especial’. El Profeta (s) dijo, ‘Oh, ‘Ali, lo mejor que yo y todos los profetas anteriores a mí han dicho es la ilaha illallah. Si todos los cielos y la tierra se colocaran en un lado de la balanza y la ilaha illallah en el otro, la ilaha illallah pesaría más. El Día del Juicio nunca llegará mientras haya gente en esta tierra que diga la ilaha illallah.’ Luego pregunté, ‘¿Cómo debo recitar?’ El Profeta (s) contestó, ‘Cierra tus ojos y escúchame mientras recito la ilaha illallah tres veces. Después lo dices tú tres veces y yo te escucharé’. Luego el Profeta (s) lo dijo y yo lo repetí en voz alta.”<!--[if !supportFootnotes]-->[32]<!--[endif]--> En otras colecciones de hadices<!--[if !supportFootnotes]-->[33]<!--[endif]-->, este hadiz continúa, describiendo cómo enseñó el dhikr el Profeta (s) a sus compañeros. “Ibada bin Samit contó que el Profeta (s) preguntó, ‘¿Hay algún extranjero entre vosotros?’ Y le contestamos, ‘No, Ya Rasul-Allah’. Él dijo, ‘Cerrad la puerta’. Luego siguió, ‘Levantad vuestra mano y repetid después de mí la ilaha illallah’. Levantamos nuestras manos y dijimos, la ilaha illallah. Luego el Profeta (s) dijo, ‘Que las alabanzas sean para Allah, que Me envió a este mundo con sus kalimah, y Me mandó con él, y Me prometió el Paraíso con él, y Él nunca cambia Sus Promesas.’ Después de esto, el Profeta (s) dijo, ¡Que seáis felices! Allah os ha perdonado’.”


Ash-Sha’râni dejó escrito, a propósito del dhikr: “Los sabios, antiguos y contemporáneos, son unánimes al recomendar invocar a Allah en grupo en las mezquitas y en otros lugares, a condición de que sus voces no molesten a los que duermen, hacen su plegaria o leen el Corán, tal como está indicado en los libros de fiqh.”<!--[if !supportFootnotes]-->[34]<!--[endif]-->La misma idea es referida por al-Hamawî a partir del imâm ash-Sha’râwî.<!--[if !supportFootnotes]-->[35]<!--[endif]-->


Fuera de esas excepciones, los sabios han dicho: “El dhikr en voz alta es preferible porque es más eficiente, es útil a quien lo oye y despierta el corazón del invocador. Éste concentra su pensamiento en lo que dice, obliga a su oído a escuchar, aleja el sueño y aumenta su dinamismo.<!--[if !supportFootnotes]-->[36]



Hadices en relación a las fórmulas sagradas de dhikr


Selección de hadices en relación a la forma de invocar las fórmulas sagradas de dhikr más habituales, sobre todo en cuanto al número de repeticiones y al momento idóneo para realizarlas.


  • Ástaghfirullâh (Istighfâr, petición de disculpas)
El Mensajero de Allah (s) dijo: “Por Allah, pido disculpas a Allah y se Lo repito más de setenta veces al día”.<!--[if !supportFootnotes]-->[37]<!--[endif]-->


El Mensajero de Allah (s) dijo: “Quien no cese de pedir disculpas, Allah le preparará una solución para cualquier preocupación, le proporcionará alivio a cualquier angustia que le invada y le concederá el bien por donde menos lo espere.”<!--[if !supportFootnotes]-->[38]<!--[endif]-->



  • Subhanallah (Tasbih). Al-hamdulillah (Tahmid). La ilaha illa’llah (Shahada, 1ª parte). Allahu-akbar (Takbir).
Jabir informó que el Profeta (s) decía, “El mejor dhikr es ‘La ilaha illa’llah’, y la mejor súplica ‘al-hamdulillah’<!--[if !supportFootnotes]-->[39]<!--[endif]-->


Samura ibn Jundub informó que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Las palabras más queridas por Allah son cuatro: ‘Gloria a Allah (Subhanallah); alabado sea Allah (Al-hamdulillah); no hay otro dios que Allah (La ilaha illa’llah); y Allah es el más grande (Allahu-akbar). No importa cuál se diga primero.<!--[if !supportFootnotes]-->[40]<!--[endif]-->


      • 100 veces
Abu Hurayra relató que el Mensajero de Allah (s) dijo, “A quienquiera que diga, ‘Glorificado y Alabado sea Allah’ cien veces al día se le desvanecerán sus faltas, aunque sean como la espuma del mar.”<!--[if !supportFootnotes]-->[41]<!--[endif]-->


Mus’ab ibn Saûd (ibn Abi Waqqas) dijo que su padre decía, “Estábamos con el Mensajero de Allah (s) cuando preguntó, ‘¿hay alguno de vosotros que sea capaz de realizar un millar de buenas acciones cada día?’ Uno de los que estaba allí sentado dijo le preguntó, ‘¿cómo puede alguien realizar un millar de buenas acciones?’. Él contestó, ‘Glorificar cien veces se anota como un millar de buenas acciones o un millar de errores se borran’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[42]<!--[endif]-->


Umm Hani’ decía, “El Mensajero de Allah (s) pasó un día al lado de mí y yo le dije, ‘Mensajero de Allah (s), soy viejo y débil, mándame algo que pueda hacer sentado’. Él dijo, ‘Di “Glorificado sea Allah” cien veces: equivale a liberar cien esclavos de los descendientes de Isma’il. Di “Alabado sea Allah” cien veces: equivale a cien caballos ensillados, embridados y librados al Camino de Allah. Di “Allah es el más grande” cien veces: equivale a cien camellos con guirnaldas y encarados a qibla. Di “No hay más dios que Allah” cien veces, (creo que dijo) y se llenará lo que hay entre el cielo y la tierra. Ese día nadie presentará una acción mejor que la que sea presentada por ti a menos que aporte lo mismo que tú’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[43]<!--[endif]-->
        • de buena mañana y al anochecer
Abu Hurayra dio cuenta que el Mensajero de Allah (s) dijo, “El Día del Levantamiento nadie llevara consigo nada mejor que quien diga por la mañana y al anochecer, ‘Glorificado y Alabado sea Allah’ cien veces, excepto quien diga lo mismo o más veces.”<!--[if !supportFootnotes]-->[44]<!--[endif]-->
Una variante de este hadiz dice: “Glorificado sea Allah, el Inmenso”.<!--[if !supportFootnotes]-->[45]<!--[endif]-->
Otra variante dice: “A quienquiera que diga por la mañana ‘Glorificado y Alabado sea Allah’, cien veces, y cien veces al anochecer, se le perdonarán sus faltas, aunque sean mayores que la espuma del mar.”<!--[if !supportFootnotes]-->[46]<!--[endif]-->
Estos hadices tienen relación con lo revelado en la Sura de la Familia de Imrán: “…Invoca mucho a tu Señor y glorifícale al anochecer y de buena mañana.”<!--[if !supportFootnotes]-->[47]<!--[endif]-->
        • dhikr después del salat
Establecido ya en El Corán, en la Sura de las Mujeres: “Y cuando hayáis concluido el salat invocad a Allah de pie, sentados y acostados.”<!--[if !supportFootnotes]-->[48]<!--[endif]-->, existen muchos hadices que concretan su aplicación práctica.


‘Abdullah ibn ‘Amr ib al-‘As informó que el Profeta (s) dijo, “Hay dos cualidades en las que el musulmán no persevera, pero sólo con ellas entrará en el Jardín. Son fáciles pero son pocos los que las practican: Después de cada plegaria, debe glorificar a Allah diez veces, alabarLo diez veces, y decir el takbir diez veces. Eso hace un total de 150 (al cabo del día) en la lengua y 150.000 en la balanza. Cuando uno se va a dormir, debe decir el takbir 34 veces, alabar a Allah 33 veces y glorificarLo 33 veces. Eso hace 100 en la lengua y mil en la balanza. ‘Vi al Mensajero de Allah (s) contándolos’. Le preguntaron, ‘Mensajero de Allah (s), ¿cómo es que siendo fácil hay pocos que lo hacen?’ Contestó, ‘Shaytan se acerca a uno cuando va a dormirse y hace que se duerma antes de decirlo, y se acerca cuando uno está orando y le recuerda una necesidad antes de que lo diga’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[49]<!--[endif]-->


Sumayy transmitió de Abu Salih que Abu Hurayra informó de que los pobres de los Muhajirun se acercaron al Mensajero de Allah (s) y le dijeron, “Los ricos se han apropiado de los grados superiores y siguen tan felices.” Él preguntó, “¿cómo es esto?” Alguien contestó, “Rezan como nosotros y ayunan como nosotros, pero ellos dan sadaqa y nosotros no, y ellos liberan esclavos y nosotros.” El Mensajero de Allah (s) dijo, “¿Puedo informaros de algo con lo cual alcanzaréis a los que os han precedido y precederéis a los que vengan después y nadie será mejor que vosotros a menos que haga lo mismo que vosotros?” Dijeron, “por supuesto, Mensajero de Allah (s)”. Él dijo, “Debéis decir ‘Glorificado sea Allah’, ‘Alabado sea Allah’, y ‘Allah es el más grande’ treinta y tres veces después de cada plegaria.”


Sumayya dijo, “Algunos de mi familia relataron este hadiz y dijeron, ‘Yo estaba débil. Él me dijo: Di ‘Que la Gloria sea para Allah’ 33 veces, ‘Que la Alabanza sea para Allah’ 33 veces, y el takbir 34 veces’. Él dijo, ‘Volví con Abu Salih y le dije esto y cogiéndome la mano me dijo, ‘Allah es grande; Glorificado sea Allah, y Alabado sea Allah’, hasta que lo hubo dicho 33 veces.”<!--[if !supportFootnotes]-->[50]<!--[endif]-->

Y continúa el mismo hadiz: “Quienquiera que después de cada plegaria diga ‘Glorificado sea Allah’ treinta y tres veces, ‘la Alabanza pertenece a Allah’ treinta y tres veces y ‘Allah es el más grande’ treinta y tres veces, y dice para hacer completar el centenar, ‘No hay otro dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el Reino y Suya es la Alabanza y tiene poder sobre todas las cosas’, se le perdonarán sus errores, aunque sean como la espuma del mar.”<!--[if !supportFootnotes]-->[51]<!--[endif]-->

Otro hadiz parecido dice: “Mensajero de Allah (s), los ricos se han apropiado de las recompensas,…’Tienen de sobras para dar sadaqa y nosotros no tenemos riquezas para dar sadaqa’. Él dijo, ‘Abu Dharr, ¿puedo enseñarte unas palabras con las que alcanzarás a los que van por delante de ti?’ Y continuó a este propósito, ‘Di el takbir 33 veces después de cada plegaria’. Y continuó, ‘Complétalo con ‘No hay otro dios que Allah’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[52]<!--[endif]-->

Cierta vez el Imam Ali (a) preguntó a Ibn A 'bad, un integrante de la tribu Bani Sa'd : "¿Quieres que te hable de mi vida junto a Fátima ? Era la más amada por el Profeta (s). Cuando vivió en mi casa se esforzó mucho, tanto que un día le aconsejé: ¡sería bueno que visitaras a tu padre, tal vez él pueda hacer algo por ti! Pronto Fátima visitó a su padre. En esa oportunidad el Profeta (s) se encontraba ocupado atendiendo los requerimientos de quienes se interesaban por el Islam. Por eso Fátima se sintió avergonzada y regresó a su casa. A la mañana siguiente el Profeta (s) visitó a su hija y le preguntó: ¿Qué motivó tu visita el día de ayer, hija mía ? Fátima no respondió. Por segunda vez el Profeta (s) repitió su pregunta. Fátima no se atrevió a responderla. Entonces hablé yo, diciendo: "jOh, Enviado de Dios!, Fátima trabaja demasiado y yo le aconsejé que te visitara a fin de que tú le brindaras ayuda. Al oír mis palabras, Muhammad (s) nos dijo: "¿Quieren que les enseñe algo que les aprovechará mucho más que la tarea de una sirvienta?, y nos enseñó el Tasbih de Fátima Zahrá .
Esta práctica consiste en repetir treinta y cuatro veces "Allahu Akbar" (Dios es el más Grande), treinta y tres veces "Subhanallah" (Glorificado sea Dios), y treinta y tres veces "Alhamdulillah" (Alabado sea Dios).
Es muy preferible realizar el Tasbih luego de cada una de las oraciones diarias. Concretando esta práctica la recompensa de un ciclo de oración se multiplica por mil.
Dijo el Imam Sadiq (a): " A quien haga Tasbih después de la oración antes de cambiar su posición (sentado frente a la Qiblah), le serán perdonados sus erores y Dios le llevará al Paraíso".
En otro dicho dice: “El Tasbih de Fátima Az-Zahra (a) es más meritorio que hacer mil ciclos de oración cada día”.

          • dhikr después del salat de subh y de maghrib
Abu Hurayra dio cuenta que el Mensajero de Allah (s) dijo, “El Día del Levantamiento nadie llevará consigo nada mejor que quien diga de buena mañana y al anochecer, ‘Gloria y Alabanza para Allah’ cien veces, excepto quien diga lo mismo ó más veces.”<!--[if !supportFootnotes]-->[53]<!--[endif]--> (hadiz ya referido más arriba, con sus variantes).



  • Bismillah (“Con el Nombre de Allah”)
Jabir refirió haber oído al Mensajero de Allah (s) decir, “Cuando un hombre entra en una casa y menciona el nombre de Allah, tanto cuando entra como cuando va a comer, Shaytan dice a sus compañeros, ‘Aquí no tenéis alojamiento ni comida’. Cuando entra y no menciona el nombre de Allah, Shaytan dice, ‘Aquí tenéis alojamiento’. Cuando no menciona a Allah Todopoderoso cuando come, él dice, ‘Aquí tenéis alojamiento y comida’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[54]<!--[endif]-->



  • “Sólo hay poder y fuerza con Allah.” (lâ hawla walâ quwwata illâ billahi)
Abu Musa dijo que el Profeta (s) decía, “Di: ‘Sólo hay poder y fuerza con Allah’. Es uno de los tesoros del Jardín.”<!--[if !supportFootnotes]-->[55]<!--[endif]-->

Según otra transmisión<!--[if !supportFootnotes]-->[56]<!--[endif]-->: “Quienquiera que diga ‘Sólo hay poder y fuerza con Allah’, sirve para la curación de noventa y nueve enfermedades, siendo la más leve la preocupación.”


      • 10 veces
El Mensajero de Allah (s) dijo: “Allah Todopoderoso dijo a Muhammad: Di a tu comunidad que digan diez veces tanto por la mañana como por la noche y antes de dormir, la fórmula siguiente: “Sólo hay poder y fuerza con Allah”. Esta fórmula una vez repetida aleja de ella, durante el sueño las desgracias de este mundo, por la noche los engaños del Demonio, y por la mañana Mi peor cólera”.<!--[if !supportFootnotes]-->[57]<!--[endif]-->



  • “No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el reino y Suya es la alabanza. Tiene poder sobre todas las cosas.” (Lâ: ilâha illâ llâh* wáhdahu lâ sharîka lah* láhu l-múlku wa láhu l-hamd* wa huwa ‘alà kúlli shái:-in qadîr*)

      • 10 veces
Abu Ayyub informó que el Mensajero de Allah (s) había dicho, “Cualquiera que diga, ‘No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el reino y Suya es la alabanza. Tiene poder sobre todas las cosas.’ diez veces, le valdrá como si hubiera liberado a cuatro esclavos de los descendientes de Isma’il.”<!--[if !supportFootnotes]-->[58]<!--[endif]-->


        • después del salat de fajr
Abu Dharr informó que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Si, después de la plegaria de Fajr, alguien dice mientras sus pies todavía están doblados antes de hablar, ‘No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyos son el reino y la alabanza. Da la vida y produce la muerte, y tiene poder sobre todas las cosas.’ diez veces, Allah le anotará diez buenas acciones, le borrará diez malas acciones, y le elevará diez grados, y ese día estará protegido contra todas las cosas desagradables, resguardado de shaytan, y ninguna falta le sobrevendrá ese día a menos que asocie algo con Allah.”<!--[if !supportFootnotes]-->[59]<!--[endif]-->


      • antes de dormir
Abu Hurayra informó que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Si, cuando alguien se retira a su cama, dice, ‘No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el reino y Suya es la alabanza. Tiene poder sobre todas las cosas y sólo hay poder y fuerza con Allah. Glorificado sea Allah y Alabado sea Allah. No hay otro dios que Allah, y Allah es el más grande’, se le perdonarán sus errores, incluso si son como la espuma del mar.”<!--[if !supportFootnotes]-->[60]<!--[endif]-->


      • al despertar por la noche
‘Ubada ibn as-Samit informó que el Profeta (s) dijo, “Si alguien se despierta por la noche y dice, ‘No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el reino y Suya es la alabanza. Tiene poder sobre todas las cosas. La alabanza pertenece a Allah. Glorificado sea Allah. No hay más dios que Allah. Allah es el más grande. Sólo hay fuerza y poder con Allah’, y luego dice, ‘Oh Allah, perdóname’ ó hace súplicas a Allah, se le contestará. Si hace wudu’, entonces su plegaria será aceptada.”<!--[if !supportFootnotes]-->[61]<!--[endif]-->


      • 100 veces
Abu Hurayra informó que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Cualquiera que diga, ‘No hay más dios que Allah, único sin asociado. Suyo es el reino y Suya es la alabanza y tiene poder sobre todas las cosas.’ 100 veces al día, tendrá la misma recompensa que si hubiera liberado diez esclavos, y se le anotarán cien buenas acciones y se le borrarán cien malas acciones y tendrá protección frente a Shaytan durante ese día hasta el anochecer. Nadie hará nada mejor que él excepto quien haga más.”<!--[if !supportFootnotes]-->[62]<!--[endif]-->



  • “Oh Allah, protégeme del Fuego.” (Allahumma ayirni mina n-nâri)

<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->antes de empezar el salat de subh y de maghrib, 7 veces

Al-Harith ibn Muslim at-Tamimi dijo, “El Profeta (s) me dijo, ‘Cuando hagas la oración de Subh, di siete veces antes de hablar, ‘Oh Allah, protégeme del Fuego’. Si mueres ese día, Allah te protegerá del Fuego. Cuando hagas la oración de Maghrib, di siete veces antes de hablar, ‘Oh Allah, protégeme del Fuego’. Si mueres esa noche, Allah te protegerá del Fuego’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[63]<!--[endif]-->



  • Oh Allah, Te doy testimonio y doy testimonio a los portadores de Tu trono, a Tus ángeles y a toda Tu creación que eres Allah y que no hay otro dios mas que Tú y que Muhammad es Tu siervo y Mensajero.
(Allâhumma inni ashbahtu ushiduka wa ushidu hamalata ‘ârshika wa malâikataka wa yami’â khaqika annaka anta-l-l’Allahu lâ ilâha illâ inta wa anna Muhammadan ‘abduka wa rasûluka)


      • por la mañana y al anochecer; 1, 2, 3 ó 4 veces
Anas ibn Malik informó que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Si alguien dice por la mañana y al anochecer, ‘Oh Allah, Te doy testimonio y doy testimonio a los portadores de Tu trono, a Tus ángeles y a toda Tu creación que eres Allah y que no hay otro dios mas que Tú y que Muhammad es Tu siervo y Mensajero’, Allah liberará una cuarta parte de él del Fuego. Si alguien lo repite dos veces, Allah liberará la mitad de él del Fuego. Si alguien lo repite tres veces, Allah liberará tres cuartas partes de él del Fuego. Si alguien lo repite cuatro veces, Allah le liberará completamente del Fuego.”<!--[if !supportFootnotes]-->[64]



Dhikrs de protección


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Qul: huwa llâhu áhad. y las suras de búsqueda de refugio<!--[if !supportFootnotes]-->[65]<!--[endif]-->


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->por la mañana y al anochecer; 3 veces

Mu’adh ibn ‘Abdullah ibn Khubayb relataba que su padre decía, “Salimos fuera en una noche muy oscura y lluviosa buscando al Mensajero de Allah para dirigirnos la oración. Lo encontramos y dijo, ‘Habla’. Yo no dije nada. Entonces él dijo, ‘Di’, y yo no dije nada. Luego insistió, ‘Di’, y yo dije, ‘Mensajero de Allah, ¿qué tengo que decir?’ Él dijo, ‘Recita, “Qul: huwa llâhu áhad.”, y las suras de búsqueda de refugio al anochecer y por la mañana tres veces, será suficiente para protegerte en relación a todo’.”<!--[if !supportFootnotes]-->[66]<!--[endif]-->


Existe otra versión de este hadiz.

El Mensajero de Allah (s) dijo: “La sura que empieza ‘Qul: huwa llâhu áhad’ al igual que las dos suras talismánicas (que vienen a continuación de la anterior), te protegen, musulmán, de todo mal si las recitas tres veces al anochecer y al salir el sol”.<!--[if !supportFootnotes]-->[67]<!--[endif]-->



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->“Me refugio en las Palabras Perfectas de Allah contra el mal de lo que Él ha creado.” (a’ûdzu bi-kalimâti llâhi t-tâ:mmâti min shárri mâ jálaq)


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->al anochecer

Abu Hurayra dijo, “Un hombre vino al Profeta y dijo, ‘Mensajero de Allah, ¡qué agonía sufrí la noche pasada por un escorpión que me picó ayer!’ Él dijo, ‘Si al anochecer hubieras dicho, “Busco refugio con las palabras perfectas de Allah del mal de lo que Él ha creado”, no te hubiera lastimado.”<!--[if !supportFootnotes]-->[68]<!--[endif]-->



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->“Con el Nombre de Allah por cuyo nombre nada puede ser lastimado, ni en la tierra ni en el cielo. Él es el Oyente, el Conocedor.”

(Bísmil-lâhi l-ladzî lâ yadurru ma’a smihi shái:-un fî l-árdi wa lâ fî s-samâ:* wa huwa s-samî’u l-‘alîm*)


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->por la mañana y al anochecer; 3 veces

Aban ibn ‘Uthman dijo que oyó a ‘Uthman ibn ‘Affan decir que el Mensajero de Allah (s) decía, “Ningún siervo de Allah dice cada mañana y cada anochecer, ‘En el nombre de Allah por cuyo nombre nada puede ser lastimado ni en la tierra ni en el cielo. Él es el Oyente, el Conocedor’ tres veces sin que eso le asegure que nada le va a lastimar.”<!--[if !supportFootnotes]-->[69]<!--[endif]-->



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->“Oh Allah, Tú eres mi Señor. No hay otro dios que Tú. Tú me creaste y yo soy Tu siervo. Cumplo con Tu convenio y Tu promesa tanto como puedo, busco refugio en Ti del mal que he hecho. Reconozco mi pecado, perdóname pues. Sólo Tú puedes perdonar los pecados.”

(Allahumma anta rabí lâ ilâha illâ anta khalaqtani wa ana ‘abduka wa ana ‘âla ‘ahdika wa wa’adika ma statta’atu a’aûdhu bika min sharri ma sana’atu abû laka bini’amatika ‘âlayya wa abû bidhanbi faghfir li fain-nahu lâ yaghfiru dhunûba illa anta)


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->por la mañana y por la noche

Shaddad ibn Aws relató que el Profeta (s) dijo, “La mejor manera de pedir perdón es decir, ‘Oh Allah, Tú eres mi Señor. No hay otro dios que Tú. Tú me creaste y yo soy Tu siervo. Cumplo con Tu convenio y Tu promesa tanto como puedo, busco refugio en Ti del mal que he hecho. Reconozco mi pecado, perdóname pues. Sólo Tú puedes perdonar los pecados’. Cualquiera que diga esto durante la noche teniendo confianza en ello y muera antes del amanecer entrará en el Jardín. Cualquiera que diga esto durante el día teniendo confianza en ello y muera en ese día antes del anochecer entrará en el Jardín.”<!--[if !supportFootnotes]-->[70]<!--[endif]-->


<!--[if !supportLists]-->§ <!--[endif]-->3 veces

El Mensajero de Allah (s) dijo: “Quien diga tres veces al amanecer y al anochecer ‘Oh Allah, Tú eres mi Señor. No hay otro dios que Tú. Tú me creaste y yo soy Tu siervo. Cumplo con Tu convenio y Tu promesa tanto como puedo, busco refugio en Ti del mal que he hecho. Reconozco mi pecado, perdóname pues. Sólo Tú puedes perdonar los pecados’, si muere durante el día ó durante la noche entrará en el Paraíso”.<!--[if !supportFootnotes]-->[71]



Plegarias por el Mensajero (Salawat an-nabi)

Las fórmulas de las invocaciones de Gracia divina en favor del Profeta (s) empiezan por “Allahumma bendice a Sidna Muhammad …”(Allâhumma sálli ‘alà (sayidinâ) Muhámmadin …), aunque también existen otras variaciones. Algunas de las más habituales son:


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->“Allahumma bendice a Sidna Muhammad tu servidor y mensajero, el profeta iletrado, así como a los suyos y a sus compañeros, y salúdalos con la paz.”

(Allâhumma sálli ‘alà sayidinâ Muhámmadin ‘ábdika wa rasûlika n-nabíyi l-ummíyi wa ‘alâ: â:lihi wa Sabih wa sállim)


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Salât al-fâtih:

“Allahumma bendice a Sidna Muhammad, que abrió lo cerrado y selló lo anterior, el que socorre a la Verdad con la Verdad, el que guía por tu Senda Recta, y salúdalo, así como a los suyos, en la medida de su valor y de su mérito.”

(Allâhumma sálli ‘alà sayidinâ Muhammadin il-fâtihi limâ úghliqa wa l-jâtimi limâ sábaqa nâsiri l-háqqi bil-háqqi wa l-hâdî ilâ sirâtika l-mus-taqîm wa ‘alâ: â:lihi háqqa qádrihi wa miqdárihi l-azîm)


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->por la mañana y al anochecer; 10 veces

Abu’d-Darda’ relató que el Mensajero de Allah (s) dijo, “Todo aquel que dice la plegaria sobre mí, diez veces por la mañana y diez veces al anochecer, obtendrá mi intercesión en el Día del Levantamiento.”<!--[if !supportFootnotes]-->[72]<!--[endif]-->


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->100 veces al día

El Mensajero de Allah (s) dijo: “Quien hace plegarias por mí cien veces al día, Allah le otorgará cien necesidades: setenta para su vida futura, y treinta para su vida inmediata”.<!--[if !supportFootnotes]-->[73]<!--[endif]-->


<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->1000 veces al día

El Mensajero de Allah (s) dijo: “Quien hace plegarias por mí mil veces al día, no morirá hasta el anuncio de la buena nueva, por la que entrará en el Paraíso.”<!--[if !supportFootnotes]-->[74]

Dhikr del Nombre Supremo aislado

  • Allah
Hay dos citas del Corán donde se recomienda explícitamente invocar el Nombre del Señor:
-“Recuerda el Nombre de tu Señor y concéntrate de lleno en Él.” (73:8)
-“Y recuerda el Nombre de tu Señor mañana y tarde.” (76:25)
Sidi Abû’l ‘Abbas al-Mursî decía: “Que tu dhikr se resuma en ‘¡Allah!, ¡Allah!’. Este Nombre es el sultán entre todos los Nombres.…Así, conviene mencionar Su Nombre de forma abundante y dar preferencia a este tipo de dhikr, porque en él encierra todo lo que hay en ‘Lâ illaha illâ Allah’, todos los dogmas, todas las ciencias, las morales, y las verdades, etc.<!--[if !supportFootnotes]-->[75]<!--[endif]-->
El conocedor de Allah Ibn ‘Ajîba decía: “El Nombre singular ‘Allah’ es el sultán de los Nombres. Es el Nombre Supremo de Dios.”<!--[if !supportFootnotes]-->[76]<!--[endif]-->
¡Oh, discípulo sincero! Conságrate a la mención del Nombre singular de Dios: “Allah” si tu guía espiritual te lo permite y te lo aconseja. Es el medio más rápido que extirpa las raíces del alma concupiscente (al Nafs).<!--[if !supportFootnotes]-->[77]<!--[endif]-->
Sin embargo, dado que en los inicios de la vía espiritual, la práctica del dhikr con el Nombre Allah puede producir algunas sensaciones molestas (sofocos, opresión torácica), los maestros espirituales indican a sus discípulos sustituir éste por el dhikr “la illaha illa Allah” al principio.<!--[if !supportFootnotes]-->[78]<!--[endif]-->


El wird de los sufíes
Los sufíes llaman wird al conjunto de invocaciones que el sheij indica a sus discípulos para ser recitadas especialmente por la mañana tras la oración de subh y al anochecer tras la de maghrib.<!--[if !supportFootnotes]-->[79]<!--[endif]--> La recepción del wird por parte del faqîr ó murîd (discípulo) de manos del sheij supone su primer compromiso en la vía iniciática sufí y es uno de los principales componentes de la bai’a (ceremonia de investidura).
Hay numerosos hadices que priorizan la práctica del dhikr sobre la lectura del Corán después de la oración del alba y hasta la salida del sol ó hasta la oración de la mañana (duhâ). Los fuqaha hanafitas han recalcado la importancia del dhikr tras la oración del amanecer hasta la salida del sol apoyándose en dichos hadices.<!--[if !supportFootnotes]-->[80]<!--[endif]-->
El sabio al-Haçkafî, autor de “a-Dur al-mukhtâr”, escribió: “la invocación de Dios desde fajr hasta la salida del sol pasa por delante de la lectura del Corán”.<!--[if !supportFootnotes]-->[81]<!--[endif]-->
El wird consiste en la agrupación de varias fórmulas sagradas (dhikrs) enlazadas formando un conjunto coherente de invocaciones, cuyas modalidades de utilización son fijadas por el propio sheij. Cada tariqa sufi tiene su propio wird.
El wird básico engloba tres formas de dhikr especialmente recomendados en la Sunna y en los hadices:
1.- La petición de disculpas o perdón (Istighfâr): Ástaghfirullâh

2.- La invocación de bendiciones para el Profeta (s) (Salât an-nabi)

3.- El enunciado de la Unidad (tawhîd), que puede limitarse a la recitación de la primera parte de la shahada (Lâ ilâha illâ Allâh)<!--[if !supportFootnotes]-->[82]


El uso del tasbih o subha (‘rosario’ musulmán)

El uso del collar de cuentas para contabilizar el dhikr es una práctica firmemente establecida en la Sunna, permitida por el Profeta (s) y realizada por sus Compañeros. Algunos hadices, que presentamos a continuación, apoyan esta práctica.<!--[if !supportFootnotes]-->[83]<!--[endif]-->
Un hadiz sahih de Sa’d ibn Abi Waqqas, relata que el Profeta (s) una vez vio a una mujer que usaba algunos huesos de dátil o piedrecillas (nawan aw hasan) como cuentas para glorificar a Allah, y no le prohibió su uso.<!--[if !supportFootnotes]-->[84]<!--[endif]-->
Otro hadiz sahih a este propósito fue relatado por Safiya, la esposa del Profeta (s): “El Profeta vino a verme y delante de mi había cuatrocientos huesos de dátil con los que estaba haciendo tasbih (contaba subhan Allah). Él dijo: ‘¿Haces tasbih con tantos?’…”<!--[if !supportFootnotes]-->[85]<!--[endif]-->
Abu Safiya, el esclavo liberado por el Profeta (s), relataba que una esterilla se extendía para él y comparecía una cesta hecha de hojas de palmera llena de piedrecillas con las que hacía tasbih hasta el mediodía. Luego se le retiraban, y más tarde regresaban cuando terminaba la oración, y hacía tasbih de nuevo hasta el anochecer.<!--[if !supportFootnotes]-->[86]<!--[endif]-->
La masbaha ó sibha ó tasbih, ó collar de cuentas, desde los tiempos de los primeros Compañeros ha tenido la función de recordatorio privado. Por esta razón al tasbih ellos le llamaban mudhakkir ó mudhakkira (‘recordatorio’). Existe una narración referida al Profeta (s) donde dice: “ni’ma al-mudhakkir al-sibha” (‘¡Qué buenos recordatorios son los collares de cuentas!’)<!--[if !supportFootnotes]-->[87]<!--[endif]-->
El Profeta (s) justificaba el contaje del dhikr con los dedos por el hecho que los dedos serán preguntados y hablarán, es decir, darán testimonio de ello. De esto puede deducirse que contar el dhikr con ellos es mejor que hacerlo con collares de cuentas ó piedras. Sin embargo, los hadices referidos anteriormente indican claramente la permisividad de contar con subha, con piedras ó con huesos de dátil (es decir, con cualquier cosa que permita el contaje).<!--[if !supportFootnotes]-->[88]<!--[endif]--> Ibn ‘Amr relataba que vio al Profeta (s) contar las veces que decía subhan Allah con su mano derecha. Esto no significa que no esté permitido hacerlo también con la mano izquierda, pues lo único que dijo el Profeta (s) fue: “Contad [dhikr] con vuestros dedos”.
Ahmad también narra, a partir de al-Qasim ibn ‘Abd al-Rahman, que Abu al-Darda’ tenía un saco lleno de huesos de dátil y que, cuando acababa la oración del mediodía, los sacaba uno a uno y hacía tasbih con ellos hasta que se terminaban.<!--[if !supportFootnotes]-->[89]<!--[endif]-->
Ibn Sa’d en su Tabaqat narra (con sus cadenas de transmisión) que Sa’d ibn Abi Waqqas acostumbraba a contar tasbih con piedrecillas, y que Fatima bint al-Husayn ibn ‘Ali ibn Abi Talib acostumbraba a hacer tasbih con una hilo lleno de nudos, y que Abu Huraira hacía tasbih con una cuerda ensartada de piedrecillas (al-nawa al-majmu’).<!--[if !supportFootnotes]-->[90]<!--[endif]-->
‘Abd Allah, el hijo del Imam Ahmad, narraba en su Zawa’id al-zuhd que Abu Hurayra tenía una cuerdecilla enhebrada con cien nudos, y que no se acostaba hasta no haber contado tasbih con ellos.<!--[if !supportFootnotes]-->[91]<!--[endif]-->
“Un hombre vió a al-Junayd con un tasbih en la mano y le dijo:
-¿Cómo, tú, con toda tu nobleza, llevas un tasbih en tu mano?
-¡Es cierto! Este tasbih es la causa (por la) que (Dios) nos ha hecho alcanzar la estación en la que nos encontramos. No renunciaremos nunca a su uso.”<!--[if !supportFootnotes]-->[92]<!--[endif]-->
En conclusión, podemos decir que el uso de cuentas (en la forma que sean, huesos, piedras, etc.), ya sean sueltas o ensartadas en un cordel, para contabilizar las veces en que se repiten las fórmulas sagradas del dhikr es una práctica habitual desde los tiempos del Profeta (s) que se ha venido haciendo hasta nuestros días.



Investigaciones modernas sobre el dhikr

Dhikr no es una forma de mencionar ó adorar a un dios ahí afuera, sino que es una manera de desarrollar las cualidades dentro de nosotros que pertenecen al Haqq en su origen. Cuando estamos orando, no estamos pidiendo ayuda a un dios lejano, sino que estamos manifestando las cualidades de nuestro interior que pertenecen a Allah en su origen.
Tanto si se cree como si no, cuando se practica dhikr regularmente durante un período de tiempo, sus beneficios se manifiestan automáticamente con cierta rapidez, y se observan cambios en la propia vida. La práctica del dhikr es un proceso completamente técnico, por lo tanto adquirir sus beneficios no depende de las propias creencias ó de la fe en él. Porque la repetición de las palabras del dhikr aumenta la actividad neuronal del cerebro, de forma que nuevas áreas y grupos neuronales adicionales se ponen en acción y los resultados se manifiestan simultáneamente en la vida diaria. Cuando se practica dhikr, diferentes regiones y grupos neuronales dormidos del cerebro se ponen en marcha y se vuelven activos, de manera que la capacidad de trabajo del cerebro aumenta.<!--[if !supportFootnotes]-->[93]<!--[endif]-->
Las limitaciones producidas en nuestra percepción por nuestros cinco sentidos nos impiden la comprensión de muchos fenómenos del cosmos, tales como la adecuada comprensión de nuestra propia realidad, de la conciencia y de “Allah”. Por lo tanto, necesitamos expandir nuestro campo de percepción aumentando la capacidad de nuestros cerebros. Dhikr es el medio para lograrlo.
Toda la actividad cerebral no es más que actividad bioeléctrica en distintas partes del cerebro, entre varios grupos de neuronas, cada uno de ellos con una específica función asignada como una totalidad. Cada día 14 millones de neuronas que forman el cerebro, están en interacción constante con 16 billones de neuronas vecinas. Todas nuestras actividades y nuestro entendimiento, es decir todo el funcionamiento cerebral es el resultado del incontable flujo bioeléctrico que se genera en estos grupos de neuronas a consecuencia de dichas interacciones.
Durante la repetición (de las fórmulas sagradas del dhikr) ciertas regiones del cerebro se implican y se activan, produciéndose un flujo bioeléctrico en esos grupos neuronales del cerebro. Cuando la tarea se realiza de forma repetida (al repetir el mismo nombre ó frase) la actividad neuronal aumenta, y de igual manera la energía bioeléctrica, que se desborda y nuevos grupos de neuronas se ponen a trabajar, de tal manera que otras regiones del cerebro se activan. El cerebro empieza a proporcionar nuevos significados, nuevas perspectivas y nuevas observaciones a los que no estaba habituado antes de hacer el dhikr.
El dhikr es la única arma de defensa de la humanidad contra las influencias de los yinns que, en nuestros días se presentan como ‘aliens’ ó ‘seres extraterrestres’ y se reconocen comúnmente como OVNIS!
Si una persona produce una zona magnética defensiva a su alrededor a través de su cerebro mediante la práctica de oraciones y dhikr, puede debilitar parcialmente los impulsos enviados por los yinns e incluso evitarlos completamente. Porque uno de los beneficios de hacer dhikr es la formación de un área protectora alrededor del invocador mediante la transmisión de su cerebro en relación con el contenido de las palabras del dhikr en las que medita.<!--[if !supportFootnotes]-->[94]<!--[endif]-->
En los últimos años (1993)<!--[if !supportFootnotes]-->[95]<!--[endif]--> investigadores de la Universidad de Washington describieron resultados complementarios a partir de escáneres PET en humanos (PET mide la actividad neuronal de forma indirecta). En los experimentos a los voluntarios se les dio una lista de nombres. Se les pidió que leyeran los nombres, uno por uno, y que propusieran un verbo para cada nombre. Cuando los sujetos hicieron esta tarea por primera vez, varias partes distintas del cerebro, incluyendo partes del córtex prefrontal y del cíngulo, mostraron una actividad neuronal aumentada. Pero cuando los voluntarios repitieron la tarea con la misma lista de nombres varias veces, la actividad se trasladó a regiones diferentes. Cuando a los voluntarios se les dio una nueva lista de nombres, la actividad neuronal aumentó y regresó de nuevo a las zonas iniciales.
Los PET escáneres realizados en la Universidad de Washington mostraron ciertas regiones del cerebro implicadas cuando el sujeto lee una lista de nombres y sugiere verbos relacionados. Regiones diferentes se activan cuando la tarea se realiza de forma repetida con la misma lista. Las áreas originales del cerebro vuelven a implicarse cuando al sujeto se le da una nueva lista de nombres.
La conclusión del estudio fue que: “Cuando una persona lee un nuevo nombre ó repite cierta palabra, regiones diferentes y grupos neuronales dormidos del cerebro se implican y se activan, de manera que la capacidad de trabajo del cerebro aumenta.”<!--[if !supportFootnotes]-->[96]<!--[endif]-->
<!--[if !supportEndnotes]-->

<!--[endif]-->
<!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]--> V. la primera parte de este trabajo sobre “La doctrina del dhikr”.
<!--[if !supportFootnotes]-->[2]<!--[endif]--> Futahat ar-Rabbani ‘ala-l-Adhkar an-Nawawiyya, vol.1, p.106-109.
<!--[if !supportFootnotes]-->[4]<!--[endif]--> ‘Abd Allah Ibn ‘Abbas.- Nûr at-tahqîq, p.147. As-Sayyid Sabiq.- Fiqh us-Sunnah.
<!--[if !supportFootnotes]-->[6]<!--[endif]--> Jalâl ad-Dîn as-Suyutî.- al hawi lil fatawi.

Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.53. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[7]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.111-112. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[8]<!--[endif]--> Al-bidâya wa an-nihaya fî at-tarîkh, t.8, p.6.
<!--[if !supportFootnotes]-->[9]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.114. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[10]<!--[endif]--> Ibn ‘abidîn.- Shifâ al-‘Alîl (La curación del enfermo)

Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.115-116. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[11]<!--[endif]--> <!--[if !supportFootnotes]-->[11]<!--[endif]--> Ibn ‘abidîn.- Shifâ al-‘Alîl (La curación del enfermo)

Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.116-117. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[12]<!--[endif]--> Assirah annabawiya wa al athar al Muhammadia (La vida y la obra del Pofeta).- Zini Dahlane. Al margen del libro ‘la vida del Profeta’ llamado Assira al halabia, t.2, p.252.
El hadith es referido por Bukhari en su sahih.
Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.120-121. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[13]<!--[endif]--> Imam Abu Hamid Al-Ghazâlî.- Revivificación de las ciencias religiosas. Comentario aparecido en ‘Aproximaciones a Gaudí en Capadocia’ de Juan Goytisolo. p. 47 y 150. Ed. Península. Barcelona, 1990.
<!--[if !supportFootnotes]-->[14]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.51-52. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[15]<!--[endif]--> Tafsir al-Jalalayn (L’exégèse simplifiée du Coran).- Jalaleddine Mamad Ben Ahmad Al-Mahali et Jalaleddine Abdul Arman Ben Abi Bakr As-Siouti. Vol. I, p. 348. Dar El Fiker. Beyrouth (Liban), 2000.
<!--[if !supportFootnotes]-->[16]<!--[endif]--> Jalâl ad-Dîn as-Suyutî.- Natîjatu l-fikr fî l-jahr fî adh-dhikr (El resultado del pensamiento en relación a la elevación de la voz durante el dhikr).
<!--[if !supportFootnotes]-->[17]<!--[endif]--> El hecho de cantar la fórmula sagrada ‘la illaha illa Allah’.
<!--[if !supportFootnotes]-->[18]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.46-47. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[19]<!--[endif]--> Marâqî al-falâh.- At-Tahtâwî.

Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.56. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[20]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.47-48. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[22]<!--[endif]--> El Corán. Sura al-A’raf, 7:205.
<!--[if !supportFootnotes]-->[23]<!--[endif]--> El Corán. Sura al-Isrá, 17:110.
<!--[if !supportFootnotes]-->[24]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.48. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[25]<!--[endif]--> El Corán. Traducción comentada por Abdel Ghany Melara Navío. Nota a la Sura del Viaje Nocturno, 17:110, p.248. Nuredduna Eds. Palma de Mallorca, 1998.
<!--[if !supportFootnotes]-->[26]<!--[endif]--> Maestro del imam Mâlik y de Ibn Jarîr.
<!--[if !supportFootnotes]-->[27]<!--[endif]--> El Corán. Traducción comentada por Abdel Ghany Melara Navío. Sura al-Araf, 7:204, p.152. Nuredduna Eds. Palma de Mallorca, 1998.
<!--[if !supportFootnotes]-->[28]<!--[endif]--> Sheik Amin al-Kurdi.- The Enlightenment of Hearts (Tanwir al-Qulub), p.522.
<!--[if !supportFootnotes]-->[29]<!--[endif]-->Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.54. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[30]<!--[endif]--> Sheik Mamad al-Alûsî.- Rûh al-Ma’ânî. T.16, p. 147-8.
Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.55. Ed. IQRA. Paris, 1996.

Al-Alûsî en esta obra da la referencia de un autor, Ibrâhim al-Kawrâni, que dedicó dos escritos magistrales a este tema, titulados: “El dhikr en voz alta” y “El embellecimiento del hombre piadoso, que se arrepiente hacia Allah, por las virtudes del recuerdo de Allah”.
<!--[if !supportFootnotes]-->[31]<!--[endif]--> Imâm Ahmad, Abu Dawud y Tirmidhi.
<!--[if !supportFootnotes]-->[32]<!--[endif]--> Hadiz referido por Bukhari y Muslim, y mencionado por Jalaluddin as-Suyuti.
<!--[if !supportFootnotes]-->[34]<!--[endif]--> Comentario de At-Tahtâwî en Marâqî al-falâh.
Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.58. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[35]<!--[endif]--> Al-Hamawî.- Hachiatu ibn âbidin, t. 5, p. 263.

Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.59-60. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[36]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.59. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[37]<!--[endif]--> Hadiz transmitido por Al-Bukhari, a partir de Abu Huraira (r).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 35, nº 35.
<!--[if !supportFootnotes]-->[38]<!--[endif]--> Hadiz relatado por Abu Dawud e Ibn Maja, a partir del hijo de Abbas (r).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 38, nº 39.
<!--[if !supportFootnotes]-->[40]<!--[endif]--> Muslim y an-Nasa’i. Este último añade, “Son parte del Corán”.
<!--[if !supportFootnotes]-->[43]<!--[endif]--> Ahmad, at-Tarabani y al-Bayhaqi.
<!--[if !supportFootnotes]-->[44]<!--[endif]--> Muslim, la gente de las tres Sunas e Ibn Abi’d-Dunya.
<!--[if !supportFootnotes]-->[47]<!--[endif]--> El Corán. Sura Ali’Imrán, 3:41.
<!--[if !supportFootnotes]-->[48]<!--[endif]--> El Corán. Sura An-Nisá, 4:103.
<!--[if !supportFootnotes]-->[50]<!--[endif]--> Todos los transmisores de hadices están de acuerdo. Esta es la versión de Muslim.
<!--[if !supportFootnotes]-->[51]<!--[endif]--> Transmitido por Malik e Ibn Khuzayma. Abu Dawud y Abu Dharr presentan pequeñas variaciones.
<!--[if !supportFootnotes]-->[52]<!--[endif]--> At-Tirmidhi y an-Nasa’i lo transmitieron.
<!--[if !supportFootnotes]-->[53]<!--[endif]--> Muslim, la gente de las tres Sunans e Ibn Abi’d-Dunya
<!--[if !supportFootnotes]-->[54]<!--[endif]--> Muslim y los cuatro canónicos.
<!--[if !supportFootnotes]-->[55]<!--[endif]--> Coinciden todos los transmisores de hadices.
<!--[if !supportFootnotes]-->[57]<!--[endif]--> Hadiz citado por Al-Dailami a partir de Abu Bakr (r).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 175, nº 203.
<!--[if !supportFootnotes]-->[58]<!--[endif]--> Acuerdo general entre todos los transmisores de hadices.
<!--[if !supportFootnotes]-->[61]<!--[endif]--> Al-Bukhari y los cuatro canónicos.
<!--[if !supportFootnotes]-->[62]<!--[endif]--> Acuerdo general entre todos los transmisores de hadices.
<!--[if !supportFootnotes]-->[63]<!--[endif]--> An-Nasa’i y Abu Dawud. También Ahmed y at-Tirmidhi.
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 160, nº 189.
<!--[if !supportFootnotes]-->[64]<!--[endif]--> Hadiz citado por Abu Dawud, a partir de Anas (s).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 150, nº 179.
<!--[if !supportFootnotes]-->[65]<!--[endif]--> Las tres últimas suras del Corán: Al-Ijlâs (112), Al-Fálaq (113) y An-Nâs (114). Al-Ijlâs empieza por ‘Di: Él es Allah Único.’ (Qul: huwa llâhu áhad.)
<!--[if !supportFootnotes]-->[66]<!--[endif]--> Abu Dawud, at-Tirmidhi, y an-Nasa’i.
<!--[if !supportFootnotes]-->[67]<!--[endif]--> Hadiz transmitido por At-Tirmidhi, an-Nissaï e Ibn Maja, a partir de Abdullah Ibn Khubayb.
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 174, nº 202.
<!--[if !supportFootnotes]-->[68]<!--[endif]--> Muslim y los cuatro transmisores de hadices.
<!--[if !supportFootnotes]-->[69]<!--[endif]--> Hadiz citado por Abu Dawud, Ibn Hibban y Al-Hakim.

Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 173-4, nº 201.
<!--[if !supportFootnotes]-->[70]<!--[endif]--> Al-Bukhari, an-Nasa’i y at-Tirmidhi.
<!--[if !supportFootnotes]-->[71]<!--[endif]--> Hadiz citado por Ahmed, Abu Dawud, Ibn Maja, Ibn Hibban y Al-Hakim, según Buraidah (s).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 152, nº 181.
<!--[if !supportFootnotes]-->[72]<!--[endif]--> At-Tabarani con dos isnads, uno de los cuales es excelente.
<!--[if !supportFootnotes]-->[73]<!--[endif]--> Hadiz relatado por Ibn Al-Najjar, a partir de Djaber (r)
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 91-2, nº 111.
<!--[if !supportFootnotes]-->[74]<!--[endif]--> Hadiz relatado por Abu Al-Sheij, a partir de Anas (s).
Ahmed Abdul Jawad.- L’Invocation exaucée. Dar el Fiker. Beyrouth (Liban), 1997, p. 92, nº 112.
<!--[if !supportFootnotes]-->[75]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.102-103. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[76]<!--[endif]--> El Tajrid de Ibn ‘Ajîba sobre el comentario del texto de al-ajrûmyya, p.15.
<!--[if !supportFootnotes]-->[77]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.103-104. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[78]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.104. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[79]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.174. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[80]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.174-175. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[81]<!--[endif]--> Escritos de Ibn ‘Abidîn, t. 5, p. 280.
<!--[if !supportFootnotes]-->[82]<!--[endif]--> Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.174-186. Ed. IQRA. Paris, 1996.

La Tijânia. Une voie spirituelle et sociale.- Abdelaziz Benabdellah. Al Quobba Zarqua. Marrakech, 1999.

Carta a un musulmán africano.- Shaij Abdalqadir As-sufi. Ed. Kutubia Mayurqa. Palma de Mallorca, 1999.
<!--[if !supportFootnotes]-->[84]<!--[endif]--> Hadiz referido por Abu Dawud, Tirmidhi (que lo consideraba hasan), Ibn Majah, Ibn Hibban en su Sahih, al-Nasa’i, y al-Hakim (quien dijo que era sahih según el criterio de Muslim). Dhabi también lo declaró sahih.
<!--[if !supportFootnotes]-->[85]<!--[endif]--> Hadiz narrado por Tirmidhi (que dijo que era gharib), Taraban; al-Hakim y Suyuti lo consideraron sahih.
<!--[if !supportFootnotes]-->[86]<!--[endif]--> Narrado en la Isaba de Ibn Hajar (7: 106, #652) con su cadena de transmisión, donde dice que Bukhari lo contó (en su Tarikh). También al-Baghawi a través de dos cadenas de transmisores. Shawkani también lo cita en su Nayl al-awtar (2: 316-7). Relatado en la monografía de Hilal al-Haffar a través de Mu’tamar ibn Sulayman. El Imam Ahmad lo narra en su Kitab al-zuhd.
<!--[if !supportFootnotes]-->[87]<!--[endif]--> Shawkani lo narra de ‘Ali ibn Abi Talib en su Nayl al awtar (2:317), a partir de la narración de Daylami en su Musnad al-firdaws con su cadena de transmisión. Suyuti lo cita en al-Hawi li al-fatawi (2:38), en su fatwa sobre los collares de cuentas.
<!--[if !supportFootnotes]-->[88]<!--[endif]--> Shawkani en Nayl al-awtar (2: 316-7).
<!--[if !supportFootnotes]-->[89]<!--[endif]--> Shawkani en Nayl al-awtar (2: 316-7).
<!--[if !supportFootnotes]-->[90]<!--[endif]--> Shawkani en Nayl al-awtar (2: 316-7).
<!--[if !supportFootnotes]-->[91]<!--[endif]--> Shawkani en Nayl al-awtar (2: 316-7).
<!--[if !supportFootnotes]-->[92]<!--[endif]--> Abû al-Hasan ad-Darrâj.- Iqâdh al-himâm, t. 1, p. 49.
Les vertues du Dhikr.- Cheikh Abdelkader Aïssa. p.187-188. Ed. IQRA. Paris, 1996.
<!--[if !supportFootnotes]-->[93]<!--[endif]--> Ahmed Hulusi .- Zhikr (Meditation in Islam). Traducido por Ahmed Baki. http://www.ahmedbaki.com/
<!--[if !supportFootnotes]-->[95]<!--[endif]--> John Horgan.- The Scientific American, December 1993.
<!--[if !supportFootnotes]-->[96]<!--[endif]--> Ahmed Hulusi.- Mohammed’s Allah.

.- Religious misunderstandings.

.- Zhikr (Meditation in Islam).

.- Dua and Zhikr.

.- Mysteries of Man.

.- Islam.


Autor: Abdel'alim Lara Llobet
Publicado por http://www.musulmanesandaluces.org/

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