Nosotros, los médicos, hemos llegado ahora a aceptar un hecho conocido por nuestros pacientes durante siglos: que la curación viene de Dios, y que nosotros sólo somos un instrumento del Sanador. Damos la misma medicación a dos pacientes diferentes con el mismo tipo de problema médico o realizamos operaciones similares a dos pacientes con el mismo riesgo y uno sobrevive y el otro no. Es algo más que pura suerte. Tal como Sócrates apuntó, “Yo curo la herida y Dios la sana”. Esto también era conocido por el Profeta Abraham, “y cuando estoy enfermo, es Él quien me cura” (Corán, 26:80). Dios mismo lo ratifica diciendo “Si Dios te toca con una aflicción, nadie más que Él puede quitártela” (Corán, 6:17).
La Curación por el Corán
El Corán no es un libro de texto de medicina, más bien contiene normas orientativas que si se siguen promocionan la salud y la curación. Por esto el Corán se autodenomina libro de curación.
“¡Oh, seres humanos!, os ha llegado una exhortación de vuestro Señor, una curación para el corazón y para aquellos que creen en la guía y en la misericordia” (Corán, 10:57).
“Nosotros hemos hecho descender dentro del Corán la curación y la misericordia para los creyentes” (Corán, 17:82).
La curación por el Corán es de tres tipos:
- Efecto legislativo: que incluye la fe (iman) en Dios no sólo como el Creador sino también como el Mantenedor y el Protector. Aquí se incluye también los beneficios médicos de las prácticas obligatorias de las oraciones, del ayuno de Ramadán, del impuesto solidario y de la peregrinación.
- Líneas maestras para la salud: cuestiones de promoción de la salud a partir del Corán y la tradición del Profeta Muhammad (la paz sea con él) incluyendo el uso de la miel, las olivas, la fruta, la carne magra, evitando el exceso en la comida, y la prohibición del alcohol, el cerdo, la homosexualidad, la promiscuidad sexual y el sexo durante la menstruación.
- El efecto curativo directo del Corán: la recitación del Corán por parte del enfermo o para el enfermo (ruqya) ha mostrado tener un efecto curativo directo. Esto lo más probable es que se base en los beneficios médicos del eco.
El eco del sonido es una fuerza tan poderosa que ha sido usada para volar montañas. Actualmente la versión en miniatura del eco es usada en medicina para romper las piedras del riñón (litotricia), las piedras de la vesícula biliar, e incluso las vegetaciones de la endocarditis bacteriana subendotelial. El escuchar la recitación del Sagrado Corán ha sido demostrado, en un estudio dirigido por el Dr. Ahmed E. Kadi y sus colaboradores, que baja la presión arterial, el ritmo cardíaco, y que causa la relajación de la musculatura lisa en árabes musulmanes, en musulmanes no árabes e incluso en no musulmanes. Se postula que el órgano diana del eco de “Alif Lam Mim” (las primeras tres palabras de la sura Al-Báqarah, el 2º capítulo del Corán) es el corazón, y el del eco del sura Ya-sin (capítulo 36) es la glándula pituitaria del cerebro. Así el Profeta Muhammad siempre insistía en leer el Corán (recitación coránica) en voz alta y no de forma silenciosa, “La comparación entre un lector silencioso y un recitador es como una botella de perfume cuando está abierta y cuando está cerrada.”
El Uso de la Meditación en la Oración y en la Curación
La meditación incluye actos de recuerdo y comunicación con Dios tal como nos ha sido ordenado.
1. “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando Me invoca. ¡Que Me escuchen y crean en Mí! Quizás, así, sean bien dirigidos.” (Corán, 2:186).
2. “Vuestro Señor ha dicho: «¡Invocadme y os escucharé!” (Corán, 4:60).
3. “Quienes crean, aquéllos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Alá -¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Alá?” (Corán, 13:28).
4. “¡Acordaos de Mí, que Yo Me acordaré de vosotros! ¡Dadme las gracias y no Me seáis desagradecidos!” (Corán, 2:152).
5. “Recuerda mucho a tu Señor y glorifícale, al anochecer y al alba.” (Corán, 3:41).
6. “Los que recuerdan a Alá de pie, sentados o echados” (Corán, 3:191).
7. “Alá ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas” (Corán, 33:35).
8. “¡Creyentes! ¡Recordad mucho a Alá! ¡Glorificadle mañana y tarde!” (Corán, 33:41-41)
Dichos del Profeta Muhammad
El Profeta Muhammad, como todos los otros profetas de Dios, estaba ocupado con el recuerdo de Dios la mayor parte del tiempo. Se sabe que dijo:
1. “Hay un pulido para todo que quita el óxido, y el pulido para el óxido del corazón es el dhikr (recuerdo) de Dios.”
2. Se le pidió qué gente era más virtuosa y más altamente estimada por Dios en el Día del Juicio. El mensajero de Dios (s) respondió “Los que recuerdan a Dios a menudo.”
3. Se narra en un hadiz qudsi (revelado directamente al Profeta Muhammad) “Dios el Altísimo dice: soy como mi Sirviente cree que soy. Estoy con él cuando hace mención de Mí. Si Me menciona para sí mismo, Yo hago mención de él para Mí mismo. Si Me menciona en una asamblea, Yo hago mención de él en una asamblea mejor que esa. Si se acerca un palmo a Mí, Yo me acerco a él una brazada, si viene a Mí andando, Yo voy a él corriendo.”
Así pues, la meditación/el recuerdo ha sido una práctica de todos los sheijs sufíes. En palabras del Sheij al-Mursi: “el dhikr (la meditación) es del agrado de Dios, vence y aleja a las fuerzas del mal, aumenta la vida, hace la personalidad más prestigiosa, purifica el corazón, quita las faltas y protege a la lengua de la mentira, el chismorreo, la difamación y la hipocresía, mientras está ocupada en el recuerdo de Dios.”
Petición de Ayuda mediante la Plegaria
Según el Imam Ghazali, la enfermedad aumenta la fe y acerca al hombre a Dios. Conociendo esta naturaleza, se nos dice en el Corán:
“¡Vosotros, los que creéis, buscad ayuda en la paciencia y en la azalá! Alá está con los pacientes.” (Corán, 2:153)
El Profeta Muhammad acostumbraba a confortar a los enfermos que visitaba y les recitaba la siguiente plegaria:
“¡Oh Allah! Aleja la aflicción, ¡Oh Señor de la humanidad!, concédenos la curación porque Tú eres el Sanador. Sólo hay curación desde Ti, una curación que no deja tras de sí rastro de enfermedad.”
Él también realizaba la plegaria siguiente para su propia salud:
“¡Oh Allah! Cura mi cuerpo, cura mi corazón y cura mi vista de cualquier enfermedad” (repetida 3 veces).
¿Funciona curativamente la oración?
Por supuesto. El Dr. Larry Dossey, en su libro “Las palabras sanadoras”, ha documentado los efectos curativos de la oración. Cita un ejemplo de la investigación dirigida por el Dr. Byrd en el Hospital General de San Francisco en 1988, en la que se dividieron en dos grupos a 393 pacientes con enfermedad cardíaca grave admitidos en la unidad de cuidados intensivos durante un período de 10 meses. A los pacientes del grupo (A) se les realizaron plegarias por su nombre hasta que salieron del hospital. A los del grupo (B) no se les realizaron plegarias. A los que realizaban las plegarias no se les dijo cómo hacerlas. Los resultados fueron muy interesantes. A los que se les hicieron plegarias salieron del hospital antes, tuvieron una baja incidencia de paradas cardíacas, una menor incidencia (2 veces y media) de fallo cardíaco congestivo y necesitaron una quinta parte menos de antibióticos. El equipo investigador también observó que la oración combinada con una atención amorosa funcionaba todavía mejor. Los hombres con angina de pecho y una esposa amorosa y atenta presentaron una reducción del 50% en su angina respecto a los hombres solteros o divorciados.
La oración tiene su efecto incluso durante el sueño. El Profeta Muhammad nos aconsejó recitar las oraciones del Corán (las suras Ikhlas, Al Falah, Annas y/o el último ayat de Al Báqara (Corán, 2:286) antes de ir a dormir.
Mi Propia Práctica
Yo hago dzikr en todo mi tiempo libre, especialmente cuando conduzco, y pido para mí mismo, para mi familia, para mis amigos y para mis pacientes por el nombre, sabiendo que la curación sólo viene de Dios.
Una vez visité a una enferma muy grave que tenía un tumor adrenal (feocromocitoma) y estaba en choque hipotenso. Le pedí qué podía hacer por ella, y ella, en su desesperación (los médicos la habían desahuciado), me pidió que hiciera plegarias. De manera que coloqué mi mano sobre el lugar del tumor, recité la plegaria del Profeta y me fui. Cuando volví al día siguiente, me sorprendí al verla sentada en la cama sonriendo. Me contó que por la noche, el radiólogo le hizo una radiografía de nuevo y no encontró rastro del tumor. No podía explicárselo, pero pensó que quizás el arteriograma podía haber infartado el tumor.
Las Práctica Sufíes
En el tratamiento de las enfermedades, los Sufíes usan las oraciones y el conocimiento de ayats específicos del Corán y los nombres de Allah. Se llama la Ciencia del Tawidh. Usan la ciencia de la numerología asociada con el alfabeto árabe. Se debe saber que la curación no proviene de un trozo de papel, de palabras o números, sino de Allah. En mi humilde opinión, el Tawidh sólo es un camino para llegar a ser consciente de Dios y recibir Su misericordia como resultado.
Autor: Dr. Shahid Athar, Profesor de Medicina asociado al Departamento de Clínica de la Escuela Universitaria de Medicina de Indiana, Presidente de la Asociación Médica Islámica de Norteamérica, Miembro de la Academia Islámica de las Ciencias (IAS).
Traductor: Dr. Abdel'alim Lara.
Publicado en http://www.musulmanesandaluces.org/
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